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A pesar de todo, por única ocasión, Chūya aceptó ser marcado por Dazai esa misma noche, para evitar ser atacado por alfas en el futuro.

Dazai no quería hacerlo, pero era decisión de Chūya y terminó teniendo su primera vez y quizás la única. Marcó a su Omega predestinado para que nadie más pudiera atacarlo nunca en la vida. 

+++

Amanecía. Chūya recordaba lo sucedido la noche anterior, y le hacía sentir de manera distinta a cuando era en contra de su voluntad. Por alguna razón, se sentía feliz.

Al principio creyó que eran mariposas en su estómago, pero después, unos dolores que ya conocían empezaron a recorrer desde su espalda hasta su vientre, cada vez más intensos.

— D-Dazai... Oye...

Movía cuidadosamente al castaño para despertarlo, quien nomás abrió los ojos, se sentó atento.

— ¿Qué pasa, Chūya? ¿Te duele algo?

— E-El bebé... Creo que ya quiere nacer...

— ¿Eh? ¿A-Ahora?

Le sorprendió. Eran siete meses de embarazo, el parto se estaba adelantando y necesitaría una incubadora. Por suerte, tenía un cuarto grande en su mansión especializado para hospital, donde podría atender a Chūya y a su bebé una vez nazca.

— ¿Estás seguro?

— S-Sí... Se está volviendo, más fuerte...

— Tranquilo. Iremos al hospital de mi casa.

+++

Ryūnosuke ni siquiera se dió cuenta, ya que era domingo y no necesitaba levantarse temprano para sus clases. Seguía durmiendo, abrazando el peluche de Dazai.

Mientras tanto, en "el hospital" de la mansión...

Chūya dormía. Dazai hacía lo necesario por la salud del joven Omega, y por el pequeño albino que lloraba en sus brazos, moviendo ligeramente sus manitas y piernas.

— De nuevo este sentimiento... Con Ryū fue el mismo...

Derramaba lágrimas de felicidad. Amaba ver la aún colorada carita de Atsushi, y escuchar sus llantos por primera vez. Su corazón latía de una manera especial. Su familia estaba creciendo.

El recién nacido abría un poco sus ojos, pero no podía ver con claridad. Sería cuestión de días o quizás semanas.

— ¡Hola, bebé! ¡Atsushi-kun! Yo soy el que siempre te cantaba y te hablaba muy cerca de la pancita de tu mami. ¿Reconoces mi voz? Soy tu papá. Bienvenido a la vida, hijo.

Luego de asearlo, lo llevó a la incubadora para darle los cuidados que necesitaba.

Al ver que todo estaba bien, salió de la habitación y fue a ver a Ryūnosuke a la planta del medio de la mansión.

El Azabache ya estaba despierto, haciendo tarea.

— ¡Buen día, príncipe! ¿Dormiste bien?

— Sí. Fui a la cocina y a la sala pero...ni tú ni mami estaban...

Respondió serio. Dazai sonrió y se aproximó a él, poniéndose a su altura.

— El hermanito de Ryū-kun acaba de nacer. Mami Chūya está con él, y necesita guardar reposo. Podrás conocerlo en la tarde.

Aviso. Ryūnosuke sonrió al instante y daba saltitos de alegría. Luego, abrazó a Dazai muy emocionado.

— ¿Por qué no puedo ir ahora?

— Porque... Ellos están durmiendo. Y bien, ¿estabas haciendo tarea, Ryū?

— Sí. Me volví a sacar cien en matemáticas, y quiero otro cien en el examen.

— Ohh, Ryū es muy inteligente. Sigue así, si tanto te gustan las matemáticas. Si hay algo más que desees hacer, como... Tocar un instrumento, sólo dímelo.

— ¡Gracias!



Qué les digo...?
He tenido muchos sentimientos con esta historia... Demasiados...

Si tenían dudas:

Terminará feliz

Dazai NO es malo

Fyodor no ha recibido su castigo

Los atacantes de Chūya, uno de ellos era Shibusawa, el progenitor de Atsushi. Todos murieron.

El Cupido Azabache Donde viven las historias. Descúbrelo ahora