16

827 105 39
                                    

Un Mes Después...

Después de ir diariamente a hablarle a Ryūnosuke en coma. Darle mimos y mucho cariño, de parte de sus padres: Chūya y Dazai, incluso Fyodor y Gogol; los padres de Kunikida y el mismo Kunikida; y sus hermanitos pequeños, llegó el día en que el azabache despertó.

Abría sus ojos, y lo primero que miró fue a Kunikida, quien sostenía su mano y la acariciaba con ternura.

Kuni...

Pronunció con suavidad. El rubio se sorprendió y alegró mucho, que besó la mano de Ryū, sonriéndole con cariño.

Ryū. Te amo, te extrañé mucho, estoy feliz de que hayas...despertado...

Sus lágrimas salieron, era inevitable. El azabache estaba despierto y le sonreía, incluso acariciaba su cara con sus manos débiles.

— Yo... También te amo, Kuni, y mucho. Aunque papá diga que no es amor. Quiero estar siempre a tu lado, toda la vida, y tener una familia contigo. Después de todo, ya somos predestinados. Nos marcamos hace tiempo...

Dijo con orgullo, entrelazando sus dedos con los del mayor.

— Hablando de familia, Ryū... Tu familia crecerá, quiero decir, nuestra.

— ¿Eh? ¿A qué te refieres?

Sentía algo en su barriga, algo que interpretaba como mariposas en el estómago. Nervios quizás.

— Volverás a ser hermano mayor. Un maravilloso hermano como el que ya eres.

Informó. Las mejillas de Ryū se ruborizaron, e intentaba sentarse pero aún estaba débil. Sonrió.

¡¿Enserio?! ¿Tendré un quinto hermanito?

— Así es.

Ryūnosuke amaba ser el hermano mayor. No podía ocultar su felicidad de enterarse de la noticia. Quería ver a sus padres ya, para compartir esa felicidad con ellos.

+++

Horas más tarde...

Hubo una celebración familiar por su regreso. Lágrimas de felicidad, de estar todos juntos, era la sensación más hermosa después de tanto tiempo.

Chūya no se había apartado de Ryū ni siquiera un instante. Había aceptado a Kunikida luego de conocer a sus padres y saber que eran buenas personas.

No tenía otra opción. Ryū ya había sido marcado por ese Alfa y ambos decían amarse. Sólo quedaba esperar.

— ¡Dyū-nii! ¡Pada tí!

El pequeño albino le entregaba un plato con pastel a Ryū, siendo amigable con él.

— ¡Gracias! Y perdóname por lo que te hice pasar hace tiempo...

— ¡Nii!

— ¡Nii-san!

— ¡Yu-nii!

Se acercaban los demás niños, a rodear la cama donde estaba Ryū. Siempre lo hacían. Estaban contentos de volverlo a ver.

— Lucy, Poe, Saku, Atsushi, estoy... Muy agradecido con ustedes... Los amo.

— Cariño, los niños te aman también. Y ¿Sabes algo?

Chūya se llevó una de las manos de Ryū a la zona de su vientre, de manera tierna y cuidadosa. Ryū estaba confundido.

— Un nuevo integrante vendrá en unos meses, Ryū. Te amará mucho. Digamos que es mi sexto bebé...

— ¿B-Bebé?

Fingía no saberlo, y se expresaba con gestos de sorpresa y emoción. Ahora lo comprendía de otra manera. Abrazó a su madre siendo delicado, a lo que Chūya le correspondió y besó su frente, juntando sus narices y rozándolas, como en los viejos tiempos.

— La familia sigue creciendo y es nostálgico. Prométeme que aunque seas un Omega marcado, Ryū, vas a culminar todos tus estudios y te convertirás en ese mangaka que tanto deseas.

El azabache sonrió y asintió. Miró el sombrero del estilo de Chūya que tenía, y lo puso en su cabeza con cuidado, para no lastimar su herida de hace un mes. 

— ¡Lo prometo, mamá! ¡Atsushi, Poe, Saku, Lucy y ese bebé, estarán orgullosos de mí! ¡Igual que papá y tú! ¡Y Kuni!

Respondió entusiasmado y optimista. Dazai entró a la habitación para hacer un chequeo rápido al par de Omegas que tenía en casa, notando algo extraño en Chūya...

— Chūya...

Usaba su estetoscopio, guardando silencio para escuchar mejor. Chūya se estaba incomodando por lo mucho que tardaba Dazai escuchando su corazón, si él creía estar sano.

— Aunque también... Sería interesante ser un doctor, como papá y tú... Esos fueron mis planes iniciales... Mi primer sueño. ¿Recuerdas que te lo dije, papá? La primera vez que cociné junto a tí para mamá.

— ¡Lo recuerdo, príncipe! Mi Ryū decidirá lo que quiere para su futuro.

— ¡Oye! ¿Me vas a decir por qué tardaste mucho y te quedaste tan serio y callado?

Cuestionó el pelirrojo con intriga. Ryū soltó una ligera risita traviesa.

— ¿Qué nombre te gusta para el bebé, Chūya?

— ¿Eh?

— Si es niña, me gusta Kyouka... Y si es niño...

— Explícame.

— Que se llame Kenji. Me gusta ese nombre.

Opinó Ryū. Chūya sonrió al igual que Dazai.

— Es hermoso. Kenji.

Ahora sí,. Dormir.

Fue corto y aburrido pero...
Me gustaría leerlos <3

Descansen!

Será final feliz.

Kenji o Kyouka, a quien prefieren?

El Cupido Azabache Where stories live. Discover now