18

643 81 56
                                    

CAPITULO FUERTE.

Las cosas no eran como se creyeron que iban a ser... Nada color de rosa.

Los meses pasaron difíciles para Ryū. "Kunikida fue obligado a irse con sus padres a América, por asuntos de trabajo, y tenían meses sin verse".

Fueron tantas las molestias, que en vez de que Ryū deseara a ese bebé cómo en un principio, lo primero que hizo al darle a luz fue alejarlo de él. No lo quería cerca como su hijo, y mucho menos si Kunikida no estaba a su lado.

Chūya estaba dispuesto a adoptarlo como suyo, después de todo, él también tenía a una recién nacida muy hermosa y de ojos similares a los suyos. Podrían hacerlos "mellizos" ante todos.

El pelirrojo estaba maravillado con el par de bebés, pero en el fondo, se sentía mal por Ryū. Él y Dazai insistieron mucho en ese aborto, pero ya no había nada que podían hacer. El pequeño Kenji ahora era su hijo también, junto con la Azabache Kyouka.

Dazai traía regalos para Chūya y para los nuevos integrantes de su familia. Dirían que fueron mellizos, al haber nacido el mismo día, curiosamente.

— Son bellísimos, Chūya. Son los... Últimos de nuestra colección de niños.

Tomó a la pequeña Kyouka en sus brazos, para contemplar su carita con cariño.

— ¡¿C-Colección?! ¡No es mi culpa que hayan nacido trillizos!

Gritó escandaloso, como siempre. Kenji empezaba a moverse y a despertar sobre Chūya. Soltó el llanto.

— Nono, mi bebé. Tranquilo... Mami está aquí. No llores, por favor.

Lo arrullaba con cuidado, queriendo dormirlo. Los llantos de Kenji se oían hasta la habitación de Ryū, y eso le molestaba.

Ryū estaba irritado, arrepentido de sus actos, quería regresar el tiempo atrás para haber aceptado deshacerse del niño cuando podía. Ahora lo seguiría viendo pero como su hermano y tampoco lo toleraba mucho.

Dazai fue a visitarlo a su habitación, con el pequeño Kenji acunado en sus brazos.

— ¡Hola, principito! ¿Estás mejor?

Saludó energético, cerrando la puerta tras de sí. Se acercó a la cama del menor, y tomó asiento en la orilla, con un ya tranquilo Kenji envuelto en una frazada de color amarillo.

— Ya no quiero ser Omega, papá. Kuni dijo que estaría conmigo, él me lo prometió. Pero se fue con sus padres a América, ellos me lo dijeron. Y ni siquiera tiene su teléfono encendido. Kuni me abandonó con su hijo. Kuni me engañó. Él ya no me quiere...

Respondió entre sollozos y lágrimas.
Dazai sintió un nudo en la garganta e iba a llorar, pero debía mantenerse firme ante su hijo y darle valor necesario para seguir viviendo.

— Quizás... Su teléfono ya no sirve y por eso...

— ¡Es un mentiroso!

— No creo que sea eso, Ryū. Tal vez esté muy ocupado con sus clases.

— Quiero ser un beta.

— Ryū, eso no se pue...

+++

— Chūya... ¿Cómo puedo decirle a Ryū que los padres de Kunikida están en Japón, y que su novio... Está muerto?

El Cupido Azabache Where stories live. Discover now