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Abortar habría sido una opción, pero los Omegas varones siempre han sido los mejores madres, y Chūya no era la excepción.

La mayoría de los hijos de Omegas varones son producto de abusos sexuales. Pocos niños son deseados, pero al no serlos, sus madres tampoco los botan a la calle ni los abandonan en una casa hogar, se hacen cargo de ellos, como Chūya lo había hecho con Ryūnosuke desde que nació.

Dazai regresaba con Ryūnosuke a casa luego de ir por él a la escuela elemental. El niño le contaba todas sus aventuras del día, expresando su emoción.
Cargaba con su lonchera colgada en uno de sus hombros, mientras que el Doctor le ayudaba con su mochila.

— Y bien, ¿qué más hiciste hoy, principito?

— ¡Servimos la comida! A mi grupo nos tocó servir la comida a los demás niños. Recordé los momentos de cocina contigo, Dazai-san. ¡Fue divertido!

Respondió energético. Dazai sonrió y acarició la cabellera del niño de manera tierna.

— Seguro que sí. ¿Quieres llegar a comprarle algo a mami en el conbini?

— ¡Sí! Un jugo y un pan, ¿Puedo?

— Claro.

Dazai nunca ha tenido relaciones con nadie, y jamás ha dañado a un Omega. Pero eso no le impedía ser como un padre para el hijo del Omega del que se estaba enamorando. Amaba a Chūya, y amaba al hijo de Chūya, quien en parte llevaba su sangre al ser hijo de su primo.

Finalmente llegaron a casa, donde el pelirrojo fue sorprendido por un cariñoso abrazo de parte de Ryū, a quien le correspondió amorosamente.

— ¡Mami! ¡Te trajimos jugo y pan!

Chūya quería levantarlo en brazos pero ya no podía. Su panza de ya siete meses de embarazo no le permitía hacer esfuerzos, ni Dazai tampoco. Estar viviendo en la casa de un Doctor dedicado a los Omegas y los niños, no era tan divertido.

— Gracias, cariño. Siempre tan considerado.

Besó una de las mejillas del niño, quien volteó a ver a Dazai.

— Fue idea de Dazai-san.

Señaló, yendo a la habitación que Dazai había hecho para él.

— Dazai. No gastes tanto en nosotros. Bastante haces con mantenernos en tu casa y...

— No digas nada, Chūya. Me hace feliz ayudar. La vida me da más si ayudo. Sólo míralo, Ryū es un niño feliz. Él ya no está preocupado porque vayan a hacerles daño a alguno de los dos.

Su gesto de satisfacción no podía ocultarlo. Sonreía satisfecho, tenía una familia ahora y la amaba bastante. Era feliz.

Al verlo, los ojos de Chūya se llenaron de lágrimas que pronto se derramaron.

— Dazai... ¿Por qué nos ayudas? Soy un Omega, nunca intentaste atacarme con mi celo, además, tengo un hijo y dentro de poco tendré otro... ¿Me ayudaste sólo porque Ryū es tu sobrino?

Dazai sonrió y se acercó a limpiar con delicadeza esas lágrimas que odiaba ver.

— No. Yo estuve en el nacimiento de Ryū, y lo estaré en el nacimiento de ese pequeño bebé al que llamarás... ¿Cómo dijiste que le pondrías?

— Atsushi...

— Cierto, Atsushi-kun. Lo ayudaré a venir al mundo. Pero quiero que tú, Chūya, dejes de preocuparte por cosas innecesarias. Yo quiero seguir cuidando de tí y de los niños siempre. Porque Chūya... Me he enamorado de tí, y en mí ha nacido un instinto paternal que nunca antes había sentido. Déjame ser el padre de tus hijos.

El corazón de Chūya se aceleró, y más lágrimas salieron. Abrazó al médico y recargó su cabeza en el pecho del mismo, siendo correspondido en el abrazo. Dazai le daba tiernas palmadas en su espalda para intentar consolarlo.

— Por favor, no llores, Chūya...

— Las parejas hacen cosas íntimas, Dazai... Cosas con amor... Pero yo, fui obligado sin amor... Nunca podría hacer esas cosas contigo, y tú lo necesitarás como Alfa... Tampoco te daría hijos, es mucho sufrimiento...

Sollozaba. Dazai lo separó del abrazo y de nuevo limpió sus lágrimas. Se agachó un poco para estar a su altura, ya que se llevaban varios centímetros de diferencia.

— No busco nada de eso en tí, Chūya. Puedo vivir sin ello, y estoy dispuesto a darte todo mi amor y cariño de manera especial nada agresiva para Chūya. Entonces... ¿Aceptas ser mi pareja predestinada?

— Dazai, yo... También te amo. Acepto. Pero sigue siendo igual de amoroso padre con mi Ryū, y próximamente con mi Atsushi-kun.

— "¿Mí?" Nuestros.


DE AQUÍ EN ADELANTE ES ALGO ASI COMO RELLENO FUERTE, PERO, LA NORMALIDAD REGRESA EN EL CAP 22. SÓLO ES UNA ADVERTENCIA.

El Cupido Azabache Where stories live. Discover now