• Amor Viejo - Kevin Kaarl •
"No quiero que nos veamos por última vez, quiero que esto sea para siempre. No me abandones tú también"
— ¡Debemos avisarle!
— Es muy chica aún, no puede tener tanta presión con tan solo catorce años.
Evelyn escuchaba las voces a lo lejos, aunque no sabía en qué lugar estaba debido a la oscuridad que había. Tenía la curiosidad de dónde estaba, quería saber quiénes eran las personas que discutían. Por lo que decidió caminar en dirección de donde provenían las voces.
— Sólo quiero protegerla, se supone que tú debes hacer lo mismo.
— ¡Claro que quiero hacerlo!
Se dio cuenta que era un pasillo largo, pero parecía que no había fin, pues por más que caminaba y caminaba, no parecía llegar con las personas que discutían.
— ¡Tú mismo lo dijiste! ¡Es una niña aún! - Evelyn pudo hallarle un tono a la voz aunque aún se distorsionaba mucho la conversación, parecía de una mujer - Es por eso que merece una respuesta a todo lo que está pasando... Yo podría darle mi—
— Ni lo pienses, no le pertenece a ella y lo sabes bien. - Interrumpió.
Diferenció las voces, era una mujer y un hombre —No te entiendo... Parece que no quieres protegerla, es muy peligroso— Dijo la mujer.
Por más que Evelyn quisiese reconocer la voz, no podía, no sabía porque, ya que escuchaba la conversación un poco cortada, como si las dos personas estuviesen cerca pero a la vez estuviesen alejados. Y de vez en cuando soltaban suspiros, susurraban e incluso podía jurar que escuchaba objetos romperse al golpear el piso o alguna pared, pero no tenía idea de lo que estaba pasando.
— Tenemos muchas soluciones aún, podemos intentar hablar con el ministerio, podríamos hacer que no participe.
— Ella es una buena bruja, sabrá qué hacer—
— Mínimo déjame dárselo.
— Podría ocasionar demasiados problemas con el ministro, es como hacer trampa.
— No es trampa - Evelyn notaba la desesperación que había en la mujer - ¡Una simple ayuda!
¿Por qué había tanta insistencia por parte de la mujer? Era una pregunta que se hacía, aunque claramente no era la única. Tenía tantas dudas en su cabeza, demasiadas como para poder darles una respuesta por ella misma, y sabía perfectamente que debía hablar con alguien para poder encontrar respuestas, y ese 'alguien' era Dumbledore.
— No podemos dárselo, no porque sea tuyo - Habló el hombre - El ministerio podría tomarlo como trampa, y no sólo afectaría en ella, también en nosotros.
— Albert...
— Esta discusión terminó, Aurora.
Evelyn por fin despertó, su respiración estaba agitada, sudaba demasiado y estaba pálida, casi como si estuviese enferma. No le tomó mucha importancia a la hora, sabía que era tarde y probablemente todos estaban dormidos. Trató de pensar en otras cosas, pero no podía calmarse.
