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La suave brisa se cuela por la rendija de la ventana de la habitación, para recorrer nuestros cuerpos yacientes en la gran cama del hotel mientras los besos de Luke me excitan sucesivamente, provocando que mis caderas se eleven hacia él como si se tratara de un campo electromagnético.

Fuera, en el exterior, se forma una gran tormenta entre tanto nosotros somos capaces de incendiar el ambiente con nuestro fuego interno, sintiendo como nuestros cuerpos se atraen nuevamente en cuanto Luke se encarga de deshacerse de mi ropa. Él me contempla desnuda con una sonrisa amplia y los ojos totalmente brillantes en la oscuridad. Tapo mi rostro con las manos en cuanto pretende quitarse la ropa interior, tímida y avergonzada por esta primera experiencia. No obstante, me coge por las muñecas y me permito observarle por primera vez al mismo tiempo que mi cuerpo tiembla. Él me pregunta si tengo miedo. Niego. Siento de todo menos eso.

Tendida sobre el colchón y observándole desde abajo, me atrevo a atraparle con mis brazos y mis piernas para acercarle a mi. Su corazón late tan rápido, su respiración tan agitada y su poco aliento me hace entender que para él también es una primera vez. Una primera vez conmigo. Soy una chica complicada con muchas sombras a mi alrededor, aterrándome y sin tener ni puta idea de la vida adolescente.

De todas formas, a él no le importan las circunstancias que tenga que pasar solo por estar a mi lado. Siempre trata de hacer las cosas a mi manera, a mi ritmo, espera el momento que yo decida dar el paso. Sólo él confía plenamente en mi y se olvida de los demonios que habitan en mi mente.

Y es por eso, que me dejo llevar, queme dejo tocar y experimento todos los placeres del amor hasta llegar al clímax. Una hora intensa de pasión, abrazos y un gran recorrido de besos desde mis labios hasta la zona que yo todavía no había conocido. Entonces, estallo en un gemido incontrolable algo que tampoco conocía hasta este momento. ¿Esa es mi voz?

Más tarde oculto mi vergüenza bajo las finas sábanas, sonriendo por la gran locura que acabo de cometer. Una locura con sabor dulzón y ambiente sensual. Las imágenes se repiten una y otra vez en mi cabeza, ruborizándome a la misma vez que siento la piel cálida de su mano en busca de la mía. Él piensa que me ha fallado. O que me ha hecho daño. O que me arrepiento. O que... ¿no me ha gustado? Luke se marcha de la habitación para adentrarse en el cuarto de baño y cuando la puerta se cierra, me levanto de la cama para coger su camiseta y ponérmela. Tan pronto como termina de lavarse la cara, entro para abrazarle de la cintura, observo su rostro sorprendido a través del espejo y le dedico una amplia sonrisa antes de apoyarme en su ancha espalda.

WILLOW. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora