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Después de una noche sin dormir y correr como locos por la playa sigo a Willow hasta un restaurante cercano cuyo anuncia los nuevos platos en el menú del fin de semana a la entrada del mismo. En este hay un poco de todo; pasta a la boloñesa, paella, platos guisados, fritos, incluso algunos platos gourmet. Al sentarnos en una de las mesas junto a la ventana, Willow respira hondo mientras observa el exterior con una sonrisa a la vez que yo me pierdo en esa curva.

El otoño a penas se siente en Seattle, y eso es extraño, aunque de todos modos la joven lleva una chaqueta puesta sobre una camisa de tirantes y unos vaqueros largos. Me doy cuenta de que ella se viste siempre de una forma sencilla para ocultar su lado más femenino. Recuerdo que su maleta está llena con algunas de las prendas que Jessica le regaló, pero ninguna de ellas ha envuelto su cuerpo desde entonces.

No obstante, cuando me mira pongo los ojos en blanco a la vez dedicándole una amplia sonrisa. Ella me pregunta si ocurre algo a lo que niego con la cabeza y poco después, un joven y guapo camarero con un bloc de notas  se acerca a nosotros impresionándose por la belleza de mi chica cuando se detiene para continuar con su jornada. 

– Yo, bueno, esto es caro... – dice ella mordiéndose el labio inferior. Me estiro un poco para averiguar el plato que señala con su dedo índice y a pesar del precio le pido el plato, pues el dinero para mi no es lo más importante. Un estómago lleno es mucho mejor. 

– El número 42 – este número corresponde a un plato de pollo asado combinado con arroz, pimientos y patatas. – , para mi novia.  - digo sonriendo de manera imponente para que el joven entienda que ella me pertenece.  - Y para mi el número 20. – le señalo a la vez la fotografía de los espaguetis a la boloñesa.

El camarero se marcha por el pasillo dejándonos nuevamente solos en la mesa, dirijo la mirada hacia Willow, roja como un tomate y con la boca abierta impresionada,  lo que me hace estallar a carcajadas. Seguidamente, me muevo con la silla para estar más cerca de ella y poder darle un beso en la mejilla lo que provoca que ella coja la carta y se oculte tras esta su destacado rubor.  





WILLOW. ©Where stories live. Discover now