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Observo mi reflejo en el espejo, recientemente me he echado agua en la cara en el baño de las chicas para apaciguar un poco los nervios y he recogido mi cabello en una goma elástica tras escuchar mi nombre en el pasillo exterior. Cuando abro la puerta, Luke entrelaza rápidamente sus dedos con los míos y tira de mi riéndose nervioso debido al anuncio que se ha escuchado en los altavoces del aeropuerto a cerca del avión que tenemos que coger.

Corremos a toda prisa para subir al vehículo que nos transporta hasta la pasarela, nos apresuramos hacia el interior del gran vehículo aéreo el cual hace que mi cuerpo tiemble al ver sus dimensiones, Luke me dedica una sonrisa pícara y antes de que pueda retrocer un paso hacia atrás se apodera de mis pertenencias y me rodea con su mano de la cintura posicionándose justo detrás de mi.

Acerca sus labios a mi oreja y me susurra invitándome a pasar, sin ser consciente del terror que en este mismo intante se acaba de apoderar de mi. Él me empuja levemente de las caderas hacia el interior, saludando con una orgullosa sonrisa a la primera azafata que nos da la bienvenida. Asiento con la cabeza tensa e insegura, sin embargo, resistirme a Luke es una tarea imposible cuando finalmente me obliga a sentarme justo al lado de la ventana.

– No, por favor. Cámbiame el sitio.– suplico agarrándole de la sudadera.

– No puedo, es el sitio que te corresponde. – responde mordiéndose el labio, disfrutando cruelmente de mis miedos.

– Al menos me darás mis pertenencias, ¿no? ¿O tampoco voy a poder ver una serie?

– Los móviles tienen que estar apagados durante el viaje. – advierte devolviéndome el bolso a la vez que me besa la mejilla y sonríe al separarse. – Qué miedica que eres. ¿Tanto miedo te dan las alturas, cielo?

– ¿Cielo?

Me sorprendo por mi nuevo apodo, seguramente pareciendo una idiota por avergonzarme con cada cosa bonita que el chico de mi derecha me dice. Obtengo mi bolso y lo aprieto a mi cuerpo mientras miro de reojo por la ventanilla. ¿Por qué me estoy muriendo de miedo? Y eso que todavía no hemos despegado.

– ¿Es que acaso no lo sabes ya? – reprocho antes de enfurruñarme en mi asiento.

Al cabo de pocos minutos siento una leve vibración bajo mi trasero, advirtiéndome del comienzo del despegue que hace que mi corazón palpite con fuerza. El avión circula por la pista entre tanto por megafonía recuerdan las medidas de emergencia que anteriormente una azafata había citado en medio del pasillo. Mi vista se desvía hacia la ventanilla por unos segundos, los sucifientes para aterrorizarme y agarrarme desesperadamente al asiento.

El vehículo se eleva desprendiéndose lentamente de la pista lo que hace que mantenga mis ojos cerrados y apretados manteniendo las naúseas lo más calmadas posibles, no obstante, Luke me agarra de la mano y me anima a coger aire por la nariz y soltarlo por la boca. Le miro mientras hago caso a sus palabras y él respira al mismo tiempo que lo hago yo. Poco a poco, las naúseas van desapareciendo. Él me sonríe y se acerca a mi frente para darme un beso tierno.

WILLOW. ©Where stories live. Discover now