13

119 59 4
                                    



Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.



– ¡Lo que me estás pidiendo es una locura!

Evan se levanta repentinamente del banco gesticulando nervioso con sus brazos, su ceño se frunce a la vez que sus músculos se tensan ante mi súplica. Pedirle que me llevara al aeropuerto no ha sido una buena idea. Quiero irme de Oxnard, alejarme de esta ciudad y sobretodo, de Emma. Sé que me buscará, hará lo imposible por encontrarme y llevarme nuevamente con ella. Cruzo mis dedos apoyando mis brazos sobre la mesa del merendero del parque solitario al que hemos venido para escabullirnos de la aglomeración de las calles. Me echo un rápido vistazo a las zapatillas cubiertas de barro y después alzo la vista hacia mi sucia ropa. Al observar la misma sudadera que llevaba puesta cuando conocía Luke, creo ver algo de luz en mi camino oscuro.

– Entonces, no lo harás. – susurro limpiando una de mis lágrimas. Me doy la vuelta para mirar a Evan quien respira de forma agitada cruzando su mirada con la mía. – No me ayudarás.

Agacha ligeramente la cabeza posando sus manos en la cintura, deja salir un suspiro de su boca y aprieta los ojos. Se lleva las manos al rostro mientras yo intento mantener la calma sin perder la esperanza, seguidamente se acerca alargando su mano, toma la mía con delicadeza y la levanta lentamente mientras me mira a los ojos.

– Quédate en mi casa. – sugiere. Mis ojos se abren impresionada y niego con la cabeza echándome hacia atrás. – Por favor.

– No, Evan. No quiero causarte problemas.

– Todo va a estar bien. Vas a estarbien. – me asegura apretándome levemente la mano.

– ¡No, Evan! – grito. – Si lo hago, mi madre irá a por ti. ¿Es que no te das cuenta?

– No si tú vas antes a por ella. – suspira y después me rodea con sus brazos en un abrazo cálido. Cierro los ojos apoyándome en él, asustada y preocupada por todo lo que se nos viene encima. – Tienes que hacerlo, Willow. Es tú oportunidad. No puedes vivir así.

Al escucharle abro los ojos debido a la extraña sensación que siento tras sus palabras, después lo separo de mi apoyando las manos en su torso.

– ¿Cómo estoy viviendo, Evan?

En ese momento, tanto su frente como sus manos comienzan a sudar progresivamente, sus dientes se aprietan cuando crea una fina línea con sus labios. Esta vez, su mirada parece más preocupada que hace unos segundos. Mueve sus pies arrastrándolos mientras coge aire al mismo tiempo que se encoge de hombros. Oculta algo.

– Lo siento.

– ¿Qué ocurre? – le pregunto impaciente por saber. Cuando parece que va a continuar con sus palabras, se detiene y esboza una pequeña sonrisa. – ¿Estás bien?

– Necesito que te quedes conmigo. Te cuidaré. Y, mientras lo hago, tú harás lo que creas conveniente con respecto a tú madre.

Antes de rechazar su propuesta una vez más, me coge de la muñeca y tira de ella con suavidad acercándome a él, comienza a caminar sin soltarme y tengo que seguir sus pasos con rápidez. Cuando Evan divisa un taxi a unos pocos metros, levanta su brazo y ambos esperamos unos segundos a que se acerque el vehículo. Abre la puerta trasera y me invita a pasar primero, seguidamente le indica la dirección al taxista y este se pone en marcha lo antes posible.













WILLOW. ©Where stories live. Discover now