☕CAPÍTULO 21☕

3.8K 419 129
                                    


Agachándose para atraer la atención de Wei Ying , Lan Zhan arqueó las cejas.

—¿Quieres que te ayude, cariño?

Wei Ying negó con la cabeza, plantó el dorso de una mano en su hombro y lo empujó levemente. Él podía reconocer una invitación a salir de un lugar cuando alguien se la hacía. Sólo esperaba que pudiera arreglárselas sin ayuda.

—Vuelvo enseguida, ¿vale? —Sacó una toalla de lino del estante y la puso en el borde de la bañera alargada— Tápate con ella una vez que te hayas metido en el agua. No importa que la mojes. Así no te sentirás incómodo cuando yo regrese. ¿De acuerdo?

El ojigris asintió temblorosamente con la cabeza. Temeroso de que fuera un error, Lan Zhan giró sobre sus talones y, un instante después, cerró la puerta del cuarto de baño al salir. Una vez en el dormitorio, se detuvo un momento frente al armario para sacar una camisa. Se la puso, pero no la abotonó, mientras cruzaba el pasillo a grandes zancadas.

Una vez en la planta baja, se apresuró en encender un fuego en la cocina para calentar el café. Tras hacer esto, llenó parcialmente una taza. Después de añadirle azúcar y apenas un poco de licor, volvió a subir al primer piso, esperando encontrar a Wei Ying sumergido en agua caliente. En cambio, le encontró sentado en la taza del inodoro, con el vestido aún puesto y los brazos alrededor del vientre.

—Wei Ying ...

Lan Zhan dejó la taza de café en el lavabo y se agachó frente a este. Nunca había visto a nadie temblar de aquella manera. Si el baño caliente y el café no ayudaban, debería llamar al doctor Wen. Dado su embarazo, no estaba dispuesto a correr ningún riesgo.

Durante un breve instante, Lan Zhan consideró la posibilidad de despertar a Huang para que ayudara a Wei Ying a entrar en la bañera, pero enseguida desechó esta idea. El ama de llaves debe estar profundamente dormida en la otra punta de la casa. Mientras se levantaba, buscaba una bata y unas zapatillas y llegaba a la habitación de Wangji , el agua se enfriaría.

Resuelto, cogió una de las manos de Wei Ying , la levantó para apartarla de sus costillas y desabrochó el botón del puño.

—Voy a ayudarte un poco —le dijo mientras desabotonaba la otra manga. Al ver la expresión consternación que se dibujaba en su rostro, él esbozó una leve sonrisa— Cariño, te quitaré ese camisón y te meteré en la bañera tan rápido, que no veré más que una imagen borrosa.

El menor no le parecía muy conveniente, pero, preocupado por su salud, Lan Zhan no le dio la oportunidad de oponer resistencia. Cogiéndolo de los hombros, hizo que se levantara del inodoro y enseguida echó las manos al camisón, todo ello de una sola vez.

—Alza los brazos.

No sabía muy bien si lo había complacido, o si él lehabía obligado a levantarlos mientras tiraba del camisón para hacerlo pasar por su cabeza. Eso no tenía ninguna importancia. En el instante mismo en que Wei Ying sintió que la parte inferior de la prenda empezaba a subir, intentó ayudarlo sacando los brazos de un tirón para poder taparse. Lan Zhan no pudo menos que sonreír levemente al ver lo que había decidido ocultar. No cubrió su pecho, como lo habrían hecho la mayoría de donceles y más en cinta. En cambio, dobló un brazo sobre su abdomen y puso su otra mano sobre su sexo entre los muslos rellenos. De esta manera, le proporcionará el espectáculo agradable de su pecho.

Él enseguida apartó la mirada e hizo el valeroso esfuerzo de evitar que sus ojos volvieran a posarse en aquella parte del cuerpo del joven. Esto resultó ser algo difícil cuando intentó ayudarle a meterse en la bañera. Puesto que el chico no dejaba de temblar, no se fiaba de su equilibrio ni de la fuerza de sus brazos para hacerlo solo. ¿Por dónde podía coger a un hombre desnudo y embarazado? Lan Zhan no quería tocarle la cintura. Era imposible sujetar de las caderas. Demasiado tentador. Demasiado todo. Decidió entonces agarrar debajo de los brazos.

Lo que dice tú corazónWhere stories live. Discover now