[1] Shibari

638 29 6
                                    


❣ Pareja: [2Min]

❣ Advertencias: Ninguna

MinHo había estado nervioso desde que llegó al apartamento de TaeMin, quizás porque apenas conocía al joven hacía unas semanas, cuando realizó que su vida podría irse pronto a la mierda y no había experimentado lo suficiente.

Conoció a TaeMin en uno de esos bares que se recomiendan discretamente. De los cuales no puedes hablar abiertamente por el tabú escrito en la moralidad de las personas. No culpa a Jonghyun por insinuar que su sosa vida sexual necesitaba revolucionarse, que eso de utilizar juguetes o disfraces ya se trataba de algo muy mainstream. Y que no podía haber nada mejor que ir al discreto Chemicals para averiguarlo.

Y una vez que llegó, su vista apuntó a varias personas en la noche. Chicas bonitas con miradas perspicaces, hombres jóvenes que emanaban sensualidad. Hasta que encontró a TaeMin. Su cara dulce no encajaba sencillamente con el concepto del Chemicals, además, supuso que si estaba ahí solo es porque tampoco había encontrado nada atractivo para llevar a casa.

Lo demás se deslizó como un cuchillo por mantequilla. TaeMin había sido sincero desde aquella noche. La simplicidad no era para él, no en lo sexual. Demasiados kinks para una sola persona. TaeMin mencionó tantos que MinHo retuvo el el nombre más curioso: Shibari. Podía ser un soso, pero ya había visto algo por ahí. Recordaba el montón de nudos que se veían estéticamente perfectos, aunque no podía conectarlo con el placer carnal. Y fue debido a su vaga curiosidad el motivo de aquella cita.

—Deja de estar tan tenso, no es como que fuera a amarrarte y dejarte aquí para que mueras de inanición —los besos dulces de TaeMin lograron distraer por segundos a MinHo—. Prometo que lo sentirás mejor de lo que alguna vez imaginaste.

—Confío en ti —respondió MinHo con la voz más inestable posible. Lamentándose, carraspeó la garganta y permitió que las traviesas manos de TaeMin le despojaran de la camisa.

Los dedos gráciles de TaeMin trazaron caminos circulares por el trabajado pecho. Para MinHo pudiera ser un gesto tierno, mientras que en realidad TaeMin hacía cálculos de cómo debía atarlo para lograr su cometido.

—Si no te sientes cómodo voy a parar, tenlo por seguro —dijo con una sonrisa—. De nada me sirve que no sientas placer, rompe el mío también.

¿Por qué sonaba tan dominante cuando su cara estaba sonriendo como un niño de 15 años?

MinHo podría creer que estaba cometiendo un error, porque era el único desnudo en medio de la sala, hincado enfrente de TaeMin. El mismo chico que llevaba una cuerda de color rojo vivo con varios metros de longitud.

—Será mejor que te vende los ojos —no fue una pregunta si es que Choi planeaba contestar. El pedazo de seda se acentuó en su mirada, quitándole la oportunidad de observar cómo TaeMin iba enredando las cuerdas por su pecho y haciendo los primeros nudos.

MinHo tragó una vez más. Las piernas de TaeMin rozaban de vez en cuando su ingle. Sus dedos inquietos jugaban con su cordura porque se detenían en alguna parte de su cuerpo y continuaban enredándolo fácilmente.

Un gemido escapó de Choi en cuanto TaeMin pasó el par de cuerdas entre los glúteos. La presión se sentía amenazadora hasta que un gruñido le hizo inclinarse hacia delante. —¿Qué... ¿Qué haces?

—¿Creíste que los lazos solo iban por encima? —con docilidad, los testículos de MinHo quedaron apresados entre la rojez.

¡Ah! —el gritó que lanzó MinHo descolocó a TaeMin. Choi estaba siendo un excelente compañero de juegos—. Está muy apretado...

Once in Love [2Min + Jongkey]Where stories live. Discover now