Once in Love [2Min + Jongkey]

[20] Estimulación

❣ Pareja: [2Min]

❣ Advertencias: Nippleplay 

El maratón de películas de terror quedó delegado por los besos hambrientos de la pareja. TaeMin se recostó sobre el brazo del sillón, dejando que su novio siguiera con el camino de besos por su estómago, deteniéndose específicamente en uno de sus tatuajes.

MinHo tenía cierta debilidad por los trazos en la piel del menor, pues a pesar de que él jamás se haría un tatuaje, encontraba los de TaeMin demasiado precisos y pertenecientes al azabache.

—Me haces cosquillas. — su estómago se contraía con la respiración de Choi golpeándole el ombligo. —MinHo... ¿Quieres dejar de querer comerte mi piel?

El mencionado negó con una sonrisa, viendo al chico debajo suyo. —Déjame disfrutarte un poco más, chico rudo.

TaeMin rodó los ojos por el usual apodo que le dio su novio en cuanto comenzó a adornar su cuerpo de distintas formas. —Prefiero que me beses ahora. — los labios abultados y su incierta inocencia no duró mucho, le ganó una risa que contagió al más alto.

—¿Qué tiene de malo que quiera besarte aquí? — sus labios iban marcando desde la cadera hasta el medio del pecho, subiendo la camiseta a su paso, hasta que mejor se la quitó, regresando a esparcir sus caricias.

La pantalla con una chica corriendo sigue, ni los gritos de la mujer a punto de ser asesinada les saca de su ensoñación. No les importa que sea un punto clave en la historia, después verían un resumen en YouTube.

TaeMin cierra los ojos, acercando su torso hacia el rostro del moreno, suspirando cada que este le mordía con suavidad en algún punto. El gusto se incrementa una vez que MinHo aprieta uno de sus pezones entre los dientes, lamiéndole en círculos, así la argolla que porta en el mismo se mueve provocándole chispas de placer.

Bendito sea su yo de 16 que decidió perforarse ambos.

Uno de los lugares favoritos de MinHo era exactamente el pecho del menor, divirtiéndose con los piercings en cada ocasión que se le daba. Su mano juega con el otro, oprimiéndolo lentamente y su boca hacía maravillas con el derecho.

Sus entrepiernas no son ajenas a sus toques, el mayor notó la erección creciente debajo del pantalón a rayas que porta como pijama TaeMin, mientras que, por su parte, chocaba la pelvis con el asiento del sillón.

—A veces creo que te gustan más ellos que yo. — el menor acariciaba la cara de MinHo con los pulgares, haciendo que cambiara de lado cada que sentía que estaban demasiado sensibles entre sus labios.

—Venían en el paquete. — anotó con sorna, tomando los labios de su novio entre los suyos, con eso no estaría recibiendo reclamos de su parte.

Las manos de TaeMin se dirigen a levantarle la camisa a su contraparte, MinHo le ayuda al desesperado azabache en la última parte. En vez de acercarse nuevamente, permite que la mirada del menor le siga comiendo con lujuria.

—Un tatuaje se vería perfecto aquí. — la sugerencia de TaeMin hace que MinHo le vea juzgándolo. Sus dedos se posicionaron debajo de un pectoral, delineando una silueta que tiene más sentido en su imaginación. —Una flor, también se vería bien un patrón.

—Los tatuajes no son para mí. — la intrusa que le acaricia el pecho es retenida por una de sus manos, llevándosela a los labios. —Tú eres el rebelde.

El sillón no es el mejor sitio para dar rienda suelta a sus actividades, TaeMin como puede cambia las posiciones, con Choi ahora recostado y él sentado sobre sus caderas. —Para mí nada más tienes miedo a las agujas y no lo quieres admitir.