[14] Fingering

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❣ Pareja: [Jongkey]

❣ Advertencias: Ninguna

La vieja discoteca que hace años le trajo tanta felicidad a KiBum, era el punto de reencuentro con quien creyó que sería su persona para siempre. Hace un mes terminó su relación con Jonghyun, el platinado que le robó el corazón en la preparatoria, con un Corvette rojo del 93 que lo hacía ver como esos típicos chicos malos de las películas de los 80's.

Su amor se desbordaba desde aquellos días, usando el duro asiento trasero del auto para hacer sus primeras fechorías. A Key le daba aún cosquillas recordar lo capaz que fue en esos días, poco le importaba tener siempre las manos del otro Kim en el trasero, ni que su cuello fuera un constante blanco para las marcas de este.

La relación se fue desgastando en los últimos años, sobre todo cuando Jonghyun no daba para más. Cinco años de novios y ni un anillo de promesa... Cuando cumplieron diez, fue el colmo para KiBum. Y no, no es como que Jonghyun no supiera de sus ganas de tener un papel que uniera sus vidas con derechos y obligaciones.

Justo hoy se tenían que reunir para hablar de ciertos asuntos en referente al departamento que compraron juntos hace un año. Jonghyun trabajaba y él también, verse en el mismo departamento sería por lo demás incómodo. Todavía sincronizados, eligieron la antigua discoteca.

A Key jamás se le ocurrió que sería una pésima idea, porque podía ver hacia la pista y rememorar cómo se veían ellos en ella. Claramente nunca quiso terminar con Jonghyun, lo amaba tanto como desde un inicio, incluso más. La cuestión es que no puedes estar atado a alguien que se niega a echar raíces.

Tal vez si le hubiera pedido hijos, entendería un poco el miedo del hombre, porque él también experimentaba el temor de criar a un niño. ¿Pero firmar un papel? ¿Tanto trabajo le costaba?

No le habría molestado que le hubiese pedido matrimonio con un anillo del cereal.

—Todo se está yendo a la basura...— con el ron que se había traído de la barra hacia la mesa pegada a la pared, saboreó la amargura en el mismo sofá de cuero que recurrentemente usaban. —Tan tonto. — se golpeó mentalmente, por no haber escogido siquiera eso diferente.

La presencia de Jonghyun le quita la respiración nada más como él puede hacerlo. Llevaba una chaqueta formal, chocando con la imagen desalineada del lugar, no importó, puesto que a KiBum se le hizo el hombre más atrayente del planeta.

—Lamento la tardanza, tuve cosas que hacer. — contestó en cortesía, sentándose al lado de Key en el sofá, tan cerca porque no había más lugar.

—No hay problema. Pensé que pedirías algo antes de sentarte.

—No, no me apetece beber hoy Bum.

¿No te apetece o solo quieres alejarte de mí?

Todos reían, hablaban con fuerza y bailaban, en lo que Key solo quería llorar porque estaba viendo algo romperse. Recobrando la compostura, sacó su celular para enseñarle a Jonghyun los papeles importantes. Las opciones eran rentarlo, venderlo a un tercero, o que entre ellos se compraran la otra parte.

Obviamente la última opción no la quería ninguno, su hogar tenía las semblanzas de su relación. De lo mucho que se aman, aunque también de la falta de comprensión. ¿No podían regresar el tiempo y volver a ser esos adolescentes que se comían en los baños de la escuela?

Sin preocupaciones serias, sin el dolor que se almacena en su pecho.

—Me encantaría rentarlo, con eso podríamos recuperar un poco de lo gastados que quedamos después de la compra. — mencionó Jonghyun. —Si quieres venderlo por mí no hay problema, porque de rentarlo sabes que tendríamos que vernos de vez en cuando...

Once in Love [2Min + Jongkey]Where stories live. Discover now