[7] Breeding

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❣ Pareja: [Jongkey]

❣ Advertencias: Omegaverse

KiBum se había asegurado de cerrar las puertas, las ventanas por igual. Necesitaba pasar su celo lo más tranquilo posible, no quería a alguien de la manada rondando su casa y queriendo ser el bueno de la historia.

Demasiados alfas en el clan era el problema.

Odiaba los celos, su interior volviéndose viscoso, los deseos delirantes de su cuerpo por ser tomado, de por tener al fin un vínculo que le diera estabilidad a su omega, no podría tenerlo.

Ningún alfa le había prestado atención, a ninguno de ellos les había parecido un omega suficiente como para cortejarlo. Se resignó, no sería de esos chicos temerarios que fueran a otros clanes en busca del amor, Key se quedaría en su manada, siendo el chico soltero que ayudaba a otros y pasaba una vida tranquila.

El calor apenas comenzaba, tomó unas cuantas botellas de agua y los emparedados que hizo por la tarde. Los siguientes tres días serían cansados, no cometería de nuevo el error de no tener las cosas a la mano y gemir por lo bajo como si con eso alguien fuera a ir y atenderlo.

¿Por qué tuvo que nacer como un omega y no como un beta? Se habría evitado todos estos shows.

Descalzo, revisó el prestillo de la puerta principal y todo estaba bien. En sus celos pasados no hubo ningún inconveniente, pero no estaba demás. A veces quería que las cosas fueran como en esas leyendas donde solo con el olor la gente se daba cuenta de quién era su destinado y hacían un cuento de hadas alrededor.

En el presente, las personas escogían libremente sin tener alguien impuesto. Por un lado, era más justo y sin muchos riesgos, aunque también quitó esa magia de saber que había alguien siendo la luz roja del otro lado.

Con un suspiro, subió hasta su habitación y solo se dejó puesto la camisa cómoda, los calzoncillos de nada servirían si se seguían ensuciando con sus líquidos, hasta en la cama ya tenía el protector a prueba de humedad puesto.

Mente precavida vale por dos Kim KiBum.

Exhaló al sacar una caja de debajo de la cama, al menos era una buena idea ya no vivir con sus padres, ya que usar juguetes para que su omega no muriera por falta de atención no era muy cómodo que digamos.

¿El morado? ¿Quizás el rosa con movimiento? Ya los conocía tan bien que al estarlos viendo podía sentir en su interior como si los trajera dentro. —Así que esto es lo que me espera toda la vida...

Para Key, los encuentros casuales estaban lejos de sus planes le daban asco, un horror tremendo tener que compartir con alguien desconocido, con alguien con el cual no tuviera una conexión, un lazo afectivo que avivara sus sentidos. Por eso mismo, se conformaba con los consoladores de múltiples colores, tamaños y funcionalidades.

Con los juguetes ya seleccionados, se acostó en la cama y se cubrió con una sábana, la garganta le empezó a exigir agua, ya con la frente perlada quiso alivianar el calor creciente, tomó uno de sus primeros dildos, uno al cual le tenía cariño ya, uno simple de color natural que había sido regalo de uno de sus mejores amigos como consejo. —Al menos no necesito cuidados previos...

Se sentó, recostándose contra la cabecera y abriendo las piernas, su ya despierto miembro le dio la bienvenida a su vista, así como el líquido que ya tenía manchados sus muslos de lo excesivo. Un par de dedos se aventuraron a explorar primero el interior. —Mm...— gimió bajo, apenas y se estaba tocando cuando su cuerpo le exigía por más.

Una vez que se aseguró que no se lastimaría por ansioso, el falo de goma entró en él despacio, a Key le gustaba imaginar el escenario, en donde un alfa le reclamaba de aquella forma, que él podría ver cómo era tomado por primera vez, observar al miembro ajeno adentrarse en su estrecha cavidad y juntos perderse en el placer.

Once in Love [2Min + Jongkey]Where stories live. Discover now