3. Starts the game.

1.6K 125 4
                                    

Vale, estoy jodidamente nerviosa, ahora que lo pienso me estoy arrepintiendo ya que entrar a la escuela junto a Mason quiere decir llevarme una gran cantidad de miradas las cuales en realidad me encantaría evitar, aunque será imposible al saber que llegare junto al chico del equipo de básquet del instituto, esto parece un típico cliché. Maldita sea.

¿Sera buena idea darme la vuelta y volver a entrar a mi casa?

Creo que es muy tarde, la mirada de Mason cae sobre mi haciendo que voltee los ojos. Mátenme por favor.

—No digas ni una puta palabra —amenazo, hoy es uno de esos días donde me he levantado sin ánimos de hablar.

— ¿Quién te dijo que te iba a hablar?

—Me estoy arrepintiendo seriamente de hacer esto —mascullo pasando el cinturón de seguridad por mi pecho.

—Pues yo igual, tienes cara de odiar a todos, pero no nos podemos arrepentir, lamentablemente.

—Ay no, espera, mi cámara, maldita sea —mascullo— Espérame un segundo —pido bajando del auto a toda velocidad y entrando a mi casa nuevamente para tomar mi cámara—. Listo —aviso cuando vuelvo a entrar a el auto.

—Ok, no hay que perder el tiempo y vayámonos de una vez —dice poniendo el auto en marcha.

No digo nada, estoy pensando en cómo se tomará estoy Diane cuando se lo diga, posiblemente me querrá ahorcar, pero se le pasara o al menos eso espero.

—Se te ve bien esa camiseta —murmura distraídamente con su mirada al frente.

—Lo sé —mascullo configurando mi cámara para poder tomar algunas fotos del camino, como siempre lo hago cuando voy con Diane, con mi madre o en todo caso, sola.

—Se dice gracias.

—Pues no responderé "gracias" por algo que ya se.

—Estoy tratando de ser amable...

—No te esfuerces —mascullo aburrida.

—Joder, esto será imposible si sigues...

—Esfuérzate por que el público crea que de verdad somos pareja y que nos llevamos bien después de eso no necesitamos fingir así que no será necesario llevarnos bien de verdad.

— ¿Ni siquiera te tomaras la delicadeza de conocerme para saber que no soy un antipático?

—No.

—Pues bien, lo que quieras —masculla de mala gana antes de dejar de hablar.

Cuando llegamos al instituto el nudo en mi estómago vuelve y hace que mis nervios incrementen.

Envuelvo mi cabello rubio en una coleta alta tratando de que no se note lo desordenado que esta.

— ¿Por qué te amarras el cabello? —pregunta Mason saliendo del auto y llegando a mi lado.

—Porque quiero y puedo —mascullo—. Bien ¿Cómo va esto? —pregunto tronando los dedos de mis manos con ansiedad.

—Solo entraremos juntos y listo, si alguien te pregunta eres mi novia, si alguien me pregunta soy tu novio, listo, fácil y sencillo.

—Vale —suspiro—, hagamos esto antes de que salga corriendo.

—Relájate, pareces un chihuahua temblando —dice con burla.

—Cállate y camina —digo avanzando.

—Eh, eh —llama mi atención—, espera, dame tu mano.

El Contrato [1]Where stories live. Discover now