10. Reaparición.

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—Mi cabeza va a explotar en cualquier momento —se queja Diane por quinta vez mientras bajamos las escaleras para poder desayunar algo.

—Ya lo entendí —musito.

—Si ya sé que ya lo entendiste, pero te juro que, si Eva no me da su remedio para la resaca ahora mismo, me desmayaré en cualquier momento.

—Pues pídeselo.

Asiente entrando a la cocina a toda velocidad mientras escucho a mi madre reñirle por estar robándole la comida.

—¡Diane! Deja ahí, joder —mi amiga sale de la cocina riendo después de que mi madre le lanzara un pedazo de tostada.

—Eva por favor, necesito tu remedio de abuela.

—No soy abuela.

—Oh... ¿Lyvie aún no te lo ha contado?

—¡¿Qué?! —después del grito de mi madre se escucha un golpe seco.

—¡¿Qué pasó?! —corro a la cocina.

—¡Lyvie! Pensé que te había enseñado muy bien que existían métodos anticonceptivos, es más te pregunté si querías llevar uno con medidas más profesionales y te negaste, hija por dios quedamos en que no nietos hasta que yo...

—¡Pero yo no voy a tener ningún hijo y tú no serás abuela! joder ¿Quién le cree a Diane en este tiempo? —la miro con los ojos muy abiertos, mi amiga se ríe abiertamente y mi madre parece ser liberada de todas las maneras posibles.

El sonido del timbre resuena en el lugar y las tres nos miramos al mismo tiempo confusas. Es muy temprano para que alguien venga.

—Yo voy —digo caminando hacia la puerta y abriéndola de un solo golpe como lo suelo hacer siempre.

—Hola fotógrafa sexy —es lo único que dice mientras entra a mi casa.

—Eh, eh, eh —lo detengo por el brazo— ¿Quién dijo que puedes entrar?

Me mira con el ceño fruncido, indignado. No pierdo el detalle de ver sus labios húmedos rápidamente.

—Tu casa, es mi casa ¿No te sabes ese dicho? —pregunta dibujando una sonrisa en su rostro.

—No.

—Pues te lo acabo de enseñar, tienes que ser buena con...

—Bien, entra.

—Genial.

Diane y mi madre nos miran confundidas.

—Vino de sorpresa —me encojo de hombros.

—Cuñado —sonríe Diane con burla.

—Borracha —le dice Mason con burla.

—Idiota —mi amiga vuelve a su expresión de resaca antes de seguir devorando los huevos revueltos que le ha preparado mi madre.

—Bueno, yo me tengo que ir, desayunen y nos vemos —mi madre se despide mientras toma sus cosas y camina a la salida.

—¡Cuídate! Recuerda que hoy tenemos el almuerzo con los padres de Diane.

—Bien, yo las vendré a recoger así que me esperan.

—Genial.

—Bien, nos vemos, ah y por favor no olvides regar las plantas —no espera más respuestas y sale de la casa.

—¿Quieres desayunar algo? —pregunto a Mason entrando a la cocina.

Asiente mientras se sienta en el taburete. Le sirvo un plato de huevos revueltos con café y se lo doy antes de yo también sentarme a comer.

El Contrato [1]Where stories live. Discover now