22. ¿Tienes miedo?

1.1K 85 10
                                    

No me la puedo creer.

¿Cómo se les ocurre ocultarme esto?

Salgo del lugar donde me escondí intentando mantenerme de pie y los miro a ambos, mis ojos llorosos y mi mirada acusadora hacen que ellos rápidamente entiendan que está pasando.

—Hija...

—No puedo creer que me hayan hecho esto —Mason intenta acercarse a mí, pero muevo mi cuerpo antes de que su mano pueda hacer contacto con mi mejilla.

—No me toques —mascullo.

—Rubia...

—No me digas así, estoy molesta, muy molesta. No saben lo doloroso que es enterarme de esto ¡No lo comprenden! —ellos intentan hablar, pero doy media vuelta y salgo de mi casa, corro a toda velocidad hasta encontrar el bus que lleva a la calle donde queda la escuela.

Visualizo varios rostros conocidos, pero no presto mucha atención, solo tomo asiento mientras ignoro las llamadas de Mason y los mensajes de mi madre que llegan a toda velocidad a mi móvil.

Me encargo de buscar el número de Diane y marcarlo a toda velocidad, cuando la llamada se descuelga escucho su gritito de saludo, pero me encargo de hablar.

—Necesito hablar contigo.

—¿Lyvie? ¿Estás llorando? ¿Qué carajos pasó? —sus preguntas suenan a toda velocidad.

—Estoy llegando al instituto, te espero en los baños.

—Bien... bien, si, sí.

Cuelgo la llamada y bajo a toda velocidad, pagando y corriendo dentro del instituto.

Mason

Sabía que se lo tenía que decir.

Sabía que le iba a hacer daño.

Pero oculte toda esa mierda, porque soy un egoísta.

Porque soy una persona de mierda que no pensó en cómo se sentiría ella.

Salgo corriendo de su casa, intentando seguirla, pero cuando estoy fuera ya no la veo, volteo mi rostro y Eva, su madre, me mira con los ojos llorosos.

Yo niego con la cabeza, intentando mostrar mi desacuerdo con las decisiones tomadas.

—Por favor habla con ella —no digo nada, subo a mi auto y manejo directo al instituto esperando encontrarla ahí, cuando estaciono el auto puedo ver su melena rubia moviéndose conforme ella corre dentro de las instalaciones.

—Carajo —mascullo mientras bajo y cierro las puertas con seguro lo más rápido que puedo para poder correr y seguirla.

—¡Lyvie! —voltea su rostro mirándome y mi pecho se oprime al ver sus ojos rojos, niega lentamente antes de entrar a los baños de mujeres.

Intento seguirla, pero la rectora me detiene.

—Solo entran las mujeres.

—Pero...

—A su clase señor Miller.

—Mi novia está ahí dentro, llorando. No la pienso dejar así.

—Sus problemas personales me importan muy poco, o se va a su aula o lo expulso.

—Pues me expulsa —intento nuevamente entrar, pero me detiene.

—A su aula o llamaré a su padre.

Tomo una larga respiración antes de resignarme y dar media vuelta mascullando miles de maldiciones.

Luego de un largo rato puedo ver por la ventana de mi aula como Lyvie pasa junto a Diane, quien la va abrazando, los ojos de Lyvie completamente rojos y su labio inferior tiritando levemente, dándome señal de que aún no está relajada hace que tome medidas desesperadas.

El Contrato [1]Where stories live. Discover now