45. ¡Feliz cumpleaños Mason!

384 33 11
                                    

—Tres... —murmuro—, dos... y uno ¡Sorpresa! —gritamos todos al unisono mientras los del equipo de básquet revientan las bombardas haciendo volar papelitos de colores por todo el lugar. Me acerco corriendo a Mason y lo abrazo— ¡Feliz cumpleaños, guapo! —susurro cerca de él para que me escuche mientras sus manos envuelven mi cintura y me alza del piso abrazándome fuertemente.

—Creí que solo íbamos a ser los dos —dice con una sonrisita.

—Pues hice cambio de planes a algo más divertido.

—Gracias Lyvie, te quiero, eres una gran amiga, ya sabes —susurra cerca de mi oído y así solo yo lo escucho.

Auch.

Folla-amigos Lyvie, tu misma se lo propusiste, recuérdalo.

Cierto.

—No hay de qué, ahora ve a saludar a todos —finjo una sonrisa y me hago a un lado. Claramente a las primeras personas que ve son a su madre y a Millie así que corre a abrazarlas mientras su madre suelta algunas lágrimas. El equipo definitivamente es el más escandaloso porque salta, grita y hace bullicio logrando que todos rían. 

Mason comparte con todos sus allegados mientras yo miro desde mi lugar, mi cambio de humor fue muy drástico pero no tengo tanta culpa, dijo algo que muy dentro mío, duele.

—Venga Lyvie —me anima mi mejor amiga— Vamos a cantarle el cumpleaños feliz a Mason —asiento con una sonrisa y los sigo a todos al rededor de la mesa. Mi madre carga el pastel y enciende las velas mientras todos al unísono cantan, tomo mi cámara que estaba esperando para ser usada y tomo algunas fotos a Mason sonriendo al pastel. Está feliz y eso logra subirme el ánimo, hace un tiempo que no lo veía tan sonriente.

Los chicos del equipo no tardan en tomar el pastel entre sus manos y hacer que Mason haga "mordiscón" claramente ensuciándolo completamente. Todos ríen y Mason agradece perdiéndose en el baño para limpiarse, no demora en salir nuevamente.

 Poco a poco todos se van, incluidas la madre de Mason y Millie, se despiden agradeciendo todo lo que hacemos por Mason.

Cuando no queda nadie en casa, solo mi madre, Mason y yo, nos encargamos de limpiar todo y mi madre no tarda en subir y quedarse dormida, fue un día largo para ella.

—Gracias por todo Lyvie, me la he pasado increíble.

Sonrío un poco y niego.

—No es por nada, me alegro que te haya gustado.

—¿Está todo bien? —pregunta.

—Sí, todo bien, no te preocupes. Venga, subamos, aún queda un regalo para ti —subimos a mi habitación y estoy rezando internamente que haya elegido un buen regalo, de lo contrario no sé que haré—. Bien, después que me contaste todo lo que pasó se me hacía injusto que no tengas algo que te gustaba tanto, así que decidí comprar algo que espero te guste mucho —hablo mientras juego con mis manos y camino a mi armario sacando su obsequio.

Sus ojos se abren con sorpresa al ver el estuche de guitarra que hay entre mis manos, se lo entrego y su boca se separa poco a poco, espero alguna otra reacción pero no la hay.

—Entonces... —carraspeo— ¿Te gustó?

—¿Cuánto te costó esto fotógrafa sexy? —pregunta haciendo que mi ceño se frunza.

—Eso no importa.

—Es una guitarra muy cara Lyvie, no... no la puedo aceptar.

—No aceptar regalos es de mala educación —me quejo ya comenzando a enojarme.

El Contrato [1]Where stories live. Discover now