Capítulo 22: El cumpleaños más extraño del mundo

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Hola a todos ;) Aquí está la actualización semanal :) Espero que os guste, recordad que en nada también subiré el extra por las 20.000 lecturas cuando llegue a esa cifra, pues ya he decidido lo que escribiré :DD Muchas gracias por vuestro apoyo, lecturas, votos y comentarios :)

Nada más que decir, nos leemos~ :D 

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Dejar entrar a Juan en su vida familiar, algo que pareció fácil al principio, se volvió ligeramente bochornoso a medida que el tiempo pasaba. Eric sabía que todo era cuestión de acostumbrarse, pero no pudo evitar asustarse el día en que salió a buscar un vaso de agua por la noche y se encontró con su jefe camino del baño. Él llevaba un albornoz ligeramente desabrochado, y desde la puerta entreabierta de la habitación de su madre se oían aún los últimos rescoldos de una risa dulce y extasiada. Muerto de vergüenza, volvió a su pequeño refugio con el vaso vacío en la mano tras saludar fugazmente con la cabeza a Juan.

Desde entonces, procuraba evitar aquella habitación, sin tener ganas de escuchar más ruidos extraños que le confirmaran lo que sabía que estaba pasando allí cada vez que el hombre se quedaba a dormir en su casa. Tampoco decía ni pío cuando era su madre la que, llevando una pequeña maleta colgada de la mano y una sonrisa amplia en el rostro, anunciaba que pasaría la noche fuera y les pedía que cuidaran bien del piso. Por estúpido que suene, lo último en lo que había pensado al saber sobre su relación era que tendría que enfrentarse a una realidad que la mayoría de los hijos del mundo prefieren ignorar por su propio bien: que su progenitora seguía teniendo una vida sexual.

Al menos aquello tenía una parte positiva. Hubo un fin de semana en el que su madre decidió ir a casa de Juan el mismo día en que Blanca había quedado para salir de fiesta con su grupo de amigas. La pelirroja normalmente se quedaba en casa de alguna de ellas a dormir para no molestar a su madre cuando llegara tarde, y no parecía querer cambiar aquella costumbre por mucho que ella tampoco estuviera en el piso. Y, por primera vez en su vida, tuvo todo el lugar para él solo durante una noche entera.

Podría haber invitado a Carles y Pau, pero le apetecía tener ese rato para sí mismo. Le parecía que era mejor que meter en su casa durante toda la noche al tío que estaba obsesionado con su hermana y al que no paraba de intentar seducirle. A saber lo que acababa pasando ahí, pero no podía ser nada bueno.

Así que dedicó el rato a espachurrarse en el sofá e ir pasando distraídamente de canal en canal, sin dejar ningún programa durante mucho rato, pues todos le aburrían. Fue después cuando se le ocurrió la genial idea de mirar por enésima vez los DVDs, pero no en la pequeña pantalla de su ordenador, sino en la televisión. Al principio se limitó a recitar los diálogos que ya se sabía de memoria, pero, como siempre le pasaba, tras cada unas cuantas frases del personaje al que doblaba Álex, acabó corriendo hacia el baño y ofreciéndose a sí mismo un concierto de gemidos mal ahogados que resonaban contra las baldosas.

Su segundo error fue creer que alguien que estaba acostumbrado a  dormir sabiendo que, a pesar de estar solo en su habitación, tenía a dos personas en las estancias contiguas, podría pasar una noche a solas y no tener miedo. Durante toda la noche, un ruido incesante, rítmico, que le ponía de los nervios cada vez que rompía el silencio en el que su hogar tendría que estar envuelto no le dejó pegar ojo y le mantuvo con la nariz debajo de la manta, y no porque tuviera frío. Pero peor fue darse cuenta al día siguiente que no era nada más que el reloj de la cocina, al que nunca le había dado por prestar atención hasta entonces. Y se arrepintió de no haber llamado a Carles y Pau, pese al peligro de despertarse en medio de la noche para encontrar a uno de ellos robándole la ropa interior a su hermana y al otro haciendo lo mismo con la propia, o algo así.

Pero en el trabajo y en la escuela estaba bien, así que, sin tener en cuenta las pequeñas gilipolleces que hacía de vez en cuando y los momentos incómodos que soportaba en casa, no tenía ningún problema.

Su Voz (Homoerótica) [En proceso + editando]Where stories live. Discover now