Capítulo 34: Oscuridad

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Pequeño momento publicitario:

Hola a todos ^___^ No sé si lo sabéis, pero como soy así de cansina os lo cuento. El domingo publiqué una historia corta por el Orgullo, que podéis encontrar aquí en Wattpad y se llama "Más que a nada en el mundo". Como podéis suponer por el título, es azúcar y diabetes en estado puro, así que espero que os guste si queréis leerlo :) 

No os molesto más, nos leemos~

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Los minutos que tardaron en llegar hasta la casa en la que residía Anna se le hicieron eternos. Y ni la música ni la mano de Pau, que le acariciaba la pierna o el rostro siempre que podía, consiguieron calmarle. Al contrario, en algún momento empezó a morderse los labios nerviosamente y a punto estuvo de sangrar a causa de la presión de sus dientes sobre la piel. Todo lo que quería era llegar lo antes posible al lado de su amiga y asegurarse de que estaba bien, aunque sabía que, como mínimo, la encontraría asustada. Pero ojalá eso fuera todo lo que le pasaba, cualquier otra opción le ponía la piel de gallina y hacía que su corazón se acelerara, aunque no como aquella tarde, en que lo había hecho por placer y emoción, sino por el miedo que sentía.

Maldito capullo, ¿por qué había tenido que volver justo cuando parecía que Anna empezaba a recuperarse? Le odiaba. Estaba en una encrucijada, ya que por una parte deseaba no ver su cara jamás, pero por otra deseaba tenerla delante en ese mismo instante para rompérsela. En su vida había sentido unas ansias tan intensas de pegar a alguien. No era violento, pero las personas como Marc sacaban lo peor de él, esa rabia oculta que ni él mismo sabía que existía.

Cuando por fin aparcaron en una callejuela cercana y Pau se aseguró de cerrar bien el coche, echaron a andar rápido mientras Eric tecleaba en su móvil el mensaje para avisarla. Mientras esperaban delante del hogar de la rubia a que se enviara y ella lo recibiera, el moreno volvió a intentar tranquilizarle, envolviéndole con sus brazos y susurrándole en la oreja que todo iría bien, que no se preocupara y otras tantas memeces a las que Eric no hizo caso, demasiado ocupado mirando a todos lados para ver si descubría la sombra del exnovio de Anna. Por alguna razón desconocida se lo imaginaba allí, acechando escondido en algún portal, actuando como el acosador que al parecer era.

Recibió la contestación de Anna y, tomando la mano de Pau, subió a zancadas la escalera exterior que llevaba al piso superior de la casa, el que la rubia compartía con sus amigas. Apenas le dio a tiempo a golpear suavemente un par de veces la puerta con sus nudillos cuando ella abrió de sopetón y se le tiró encima, hundiendo el rostro en su pecho mientras le abrazaba estrechamente.

—¿Estás bien? —Preguntó él al momento acariciándole cariñosamente la espalda, aunque la respuesta era obvia.

—No.

—¿Y si entramos? Será mejor que quedarse aquí fuera —propuso Pau tras unos segundos en los que Eric y Anna no se movieron, demasiado centrados en mimar al otro. La rubia se separó de inmediato, sorbiéndose los mocos.

—Perdona, no sabía que también estabas aquí —contestó ella, haciéndose a un lado—. Pasad, estaba viendo la tele mientras esperaba.

Cuando se adentraron en la vivienda, cerró la puerta tras ellos con llave, no sin antes echarle un último vistazo a la calle. Al parecer Eric no era el único paranoico.

Efectivamente, tras recorrer el pequeño pasillo que llevaba hasta el comedor, allí estaba la pequeña televisión, encendida igual que todas las luces del piso. A pesar de lo antigua que era la casa y lo desgastada que se veía por fuera, estaba claro que su interior había sido reformado recientemente. Una columna, desde la que se extendía una barra americana de madera clara bajo la que había un par de taburetes altos, marcaba la separación entre la cocina y el salón-comedor. En la superficie de madera reposaban el ramo de flores y la tarjeta del mal. En la cocina se veían electrodomésticos nuevos, un horno con vitrocerámica encasillado entre la nevera y el mármol, y unos cuantos platos apilados en la encimera, al lado del fregadero.

Su Voz (Homoerótica) [En proceso + editando]Where stories live. Discover now