⁷⁰· ᴋʏɢ - ᴊᴊᴋ

28 1 0
                                    

Ya fuera a diario o cuando se llegara a presentar la oportunidad, Jungkook, Minho y Yiungeon se la pasaban jugando, conviviendo y conversando, bueno, más bien, esto último sólo lo hacían los mayores, ya que el pequeño apenas y era un bebé de brazos, al cual, entre ambos cuidaban, y hablaban con él, como si este les pudiese entender, aunque, ellos sostenían que sí, ya que la mayoría de veces, Kook sonreía, reía, hacía ruiditos típicos de un bebé, unos cuantos balbuceos, como la mayoría de niños a esa edad, y gracias a ello, lo confirmaban una y otra vez.

Los días pasaban, y siempre era una aventura nueva para los tres. Y así fue, hasta que pasó nuevamente el tiempo.

El pequeño niño ahora ya tenía dos añitos, y eso, alegraba bastante a sus Hyungs, porque desde de su lógica, Jungkook ahora sí podría jugar de manera más libre con ellos, por decirlo de un modo, aunque claro, no del todo.

También, en ese tiempo, aquel grupito ya no era sólo de tres, sino de cuatro, ya que, hace poquitos días, había nacido la nueva integrante de la familia Jeon, la pequeña, Jeon Rose, claramente ahora estaban más felices que nunca, aunque, como ella era recién una bebé, por razones obvias no podía jugar con ellos, por lo tanto, se concentraban un poco más en Jungkook, mientras la pequeña, crecía un poco más, para ahora sí, jugar los cuatro, o bueno, al menos, eso intentar.

Regresando a lo tratado en un inicio, también, bien sabían, que entre ellos y el más chiquito se podrían entender mejor, pues, poco a poco iba aprendiendo a hablar, ya no eran sólo balbuceos, basándose en eso, ambos se les ocurrió una idea genial a su parecer.

- Ole Yiuneon - le observó -

- Dine - le volteó a ver igual -

- ¿Etas pensano lo mimo que lo?

- Shi habas de haer ua apueta, shi

- ¡Yay!

- ¿Que apueta selia?

- Mira, conite en hacer suponiniones sobe cua nombe dida pimero Kooie, si e tulo o e miyo

- Ah oki, me parece ben

Estiraron sus manitas, cerrando el trato.

- ¿Y que pasala co quen gae y con quen piela? - preguntó el mayor -

- Pue.... nala... sholo ashi va a queda...

- Ah beno

Sin más, ambos se acercaron hasta donde estaba el más pequeño, sobre un tapete, jugando con su peluche.

- Koo - su hermano mayor se sentó a su lado, seguido de Yiungeon y le abrazó por los hombros -

- ¿Umm? - respondió el menor, en señal de que les estaba prestando atención a ambos -

- ¿Pueles.... decir el nombe de aguno de nosotos? ¿Ya te los saes? - preguntó esta vez el mayor -

- Ajam - asintió repetidas veces sonriendo en el proceso -

- A ve di uno - Yiungeon al igual que Minho le observaron atentamente -

- asintió - ¡Mino! - le señaló mientras se abalanzaba sobre él para abrazarlo, y este por su parte correspondía - ¡Yuyon! - lo señaló ahora a él mientras con su bracito libre también intentaba abrazarlo -

Ambos sonrieron algo sorprendidos, ya que, no esperaban que el pequeño supiera los nombres de ambos, y mencionara uno atrás del otro.

- Po lo que veo tu ganate - exclamó Yiungeon un poco triste - pero... se compende, poque tu eresh su hemano y convives ma tempo co él

- No etes tite hyun, de todo modo, tú tamben covives co él, y sabesh que, aún así, él nosh quele mucho a ambos, ¿Veda Koo? - le observó -

-¡Shi! ¡Losh queo muo Hyuns! - sonrió nuevamente y entre los dos le abrazaron -

- ¡Mino!

- Dime Koo

- ¿Y ose?

- Eta dumieno

- Oh...

Lo que restaba del día, se la pasaron o jugando o conversando y tratando de ayudar al más pequeño a aprender nuevas palabras, para que así, poco a poco, su habla se fuera desarrollando más.

Conforme los días pasaban, los niños le enseñaban algo nuevo al pequeño Kookie, entre esas cosas, caminar.

Pasaban los meses, y el pequeño iba aprendiendo mejor las cosas a medida que pasaba el tiempo, todo parecía ir de maravilla, hasta que un día, pasó lo que nadie se esperaría, a excepción de dos personas.

Pues, lo que había ocurrido, era nada más y nada menos, que un integrante de la familia Jeon, no estaba más.

Como de costumbre, JeongIn junto a WooJin habían llevado al pequeño Yiungeon a casa de los Jeon, para que jugara con los hermanos, pero, quién iba a decir, que esa vez, iba a ser diferente, y que sólo jugaría con uno de ellos o bueno, dada la situación, era obvio, que eso no iba a ocurrir.

Yiungeon se acercó a Jungkook, quien estaba como de costumbre, sentadito en un tapete, sobre el suelo.

- Kookie, ¿Dónde está Minho? - preguntó mientras se sentaba a su lado -

- Mino no eta... - contestó triste con unas cuantas lágrimas, brotando de sus ojitos -

Yiungeon por alguna extraña razón, había entendido al instante, que Minho estaría lejos de casa, y no ahí, con él y sus hermanos, que probablemente, no regresaría, por el tono que el pequeño había usado, al decir aquello, y bueno, añadiendo que tiempo atrás, sin querer había escuchado a los mayores, hablar sobre un "tipo problema" instantáneamente, lo asoció a eso, pero, prefería no preguntar.

- simplemente lo abrazó - Ay pequeño...

No sabía que hacer o decir, para consolar al pequeñito en sus brazos, lo único que atinó y podía hacer en esos momentos, era abrazarlo fuerte, y ser su refugio de lágrimas, ni siquiera le preguntaría sobre Rose, porque sabía bien, que la mente de su dongsaeng, ahora estaba siendo ocupada por su hermano mayor y el donde podría estar y por qué despareció así de la nada. Le dolía mucho verlo así, pues él bien sabía, que los hermanos Jeon siempre fueron muy unidos, prácticamente desde siempre, sobre todo, desde que el más chico había nacido, y que estar el uno sin el otro, les resultaría difícil a ambos, pero, nada podía hacer... en el momento,o único que quería, era que Minho regresara, y mientras eso sucediera, estar él al lado de su hermanito, cuidarlo en su ausencia, cumplir su promesa de estar siempre para él.

Lo que no sabía, era que, cabía la posibilidad de que no fuera a suceder, pero eso, era algo que con el pasar del tiempo, sabría.

Ahora sólo eran ellos dos, Minho probablemente, ya tenía una nueva vida, y nuevas amistades, pero, claramente, no de buena manera, sino, de la peor que pudiera haber, pues, a Yiungeon le constaba que las cosas no andaban bien con su amigo, que algo de todo ésto, escondía una cruda realidad detrás, a pesar de que apenas tenía cinco años, comprendía lo que pasaba a su alrededor, pero, eso de nada le servía, pues, nuevamente, como no podía preguntar, no le quedaba más remedio, que hacer, prácticamente como si nada.Y en lo único que se enfocaría en esos instantes, era cuidar de su dongsaeng, en la ausencia de Minho, hasta que el regresara... claro, si él también podría quedarse para siempre, al lado de Kook.

Sólo eran ellos dos, después, malamente, sólo sería el más jóven.
______________________________________

Bueno, he aquí esta parte, espero y les haya gustado mucho.

•No es fácil decirte adiós•Where stories live. Discover now