¹⁴⁶· •ᴍᴇʀᴇᴄᴇs sᴀʙᴇʀ• 5 (2/12)

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Jeon Roseanne.

La joven se encontraba en su apartamento, simplemente descansando del día tan pesado que había tenido en el trabajo. Todo estaba tranquilo, hasta que, repentinamente sonó su celular, anunciando una llamada. Sin más, contestó.

- ¿Hola?

- Rosi, hija

- Oh, hola Omma ¿Cómo estás?

- Suspiró - La verdad, no muy bien, mentiría si te dijera que me encuentro de maravilla, cuando en verdad, no es así

- ¿Por qué? ¿Ocurre algo? Dime

- No quiero agobiarte con mis problemas, hija, sé que debes estar cansada, como para que, te esté quitando tiempo valioso que puedes aprovechar de una mejor manera descansando, además, no tendría caso alguno, que te lo dijera todo por teléfono

- Omma, sabes que no me agobias con tus problemas, yo estoy aquí para ti, y lo estaré siempre, cuanto se necesite, no importa, si, admito que estoy cansada, pero eso es algo de todos los días, pero, ¿Sabes qué? Para mí, mi madre es más importante que un simple cansancio, que fácilmente puede arreglarse con dormir

- El problema, es que, ni siquiera duermes tus horas, Jeon Roseanne, y no hace falta que me lo digas directamente, basta con verte la cara, cada que me visitas, para darme cuenta de ello, una madre conoce bien a sus hijos, lo suficientemente bien, como para no saber lo que ocurre, en verdad te agradezco que seas tan buena hija, y estés siempre ahí para mí, como yo lo estoy para ti, pero aún así, hija, te pido que por favor, no te sigas descuidando ¿Está bien? Sabes que a la larga eso puede resultar perjudicial no sólo para ti, sino que, también para tu salud en sí

- Está bien, me cuidaré más Omma

- Bueno, en fin, mejor dime ¿Cómo estás tú?

- Estoy bien Omma, gracias, un poquito cansada por el día tan ajetreado que tuve hoy en el trabajo, pero de ahí en fuera, todo bien

- Ya veo, pero, ya te dije ¿Eh? Cuídate más hija, no me perdonaría si algo pasa y tu salud va decayendo de poco a poco

- Lo haré Omma, tranquila

- Bien, más te vale

- Si Omma

- Bueno

- Y ¿Necesitabas algo, Omma?

- Tan bien conoces a tu madre, que sabes y activas un sexto sentido, cuando te llamo para algo más, que sólo saludar ¿Cierto?

- Lo heredé de ti, además, indirectamente, tú me enseñaste a ser así, en fin, dime ¿Qué pasó? ¿Todo bien contigo y Appa?

- Rosi, mira, no... es algo que te pueda decir por teléfono, por ello mismo, te propongo algo, ¿Qué te parece si mañana vienes a visitarnos a tu padre y a mi en un ratito que tengas libre?

- Me parece bien Omma, ahí estaré, yo te aviso más o menos a qué hora llego por allá, ¿Está bien?

- Está perfecto hija

- Bueno, entonces ahí nos vemos Omma

- Si, nos vemos Rosi

- Bueno, adiós Omma, buenas noches, también dárselas de mi parte a mi padre

- Claro que sí hija, bueno, buenas noches, descansa

- Tú igual Omma

- Bueno, adiós ahora sí

- Adiós hija

Colgaron. Al día siguiente, tal como Rose había dicho a su madre, en un rato que por fin estaba desocupada, llamó a su madre, diciéndole que en media hora estaría allá con ella y su padre, aprovechó que ese día había salido temprano del trabajo, sin más, se dirigió donde sus padres, una vez que llegó, le recibió su madre con un cálido abrazo, el cual correspondió al instante sin dudar, luego de eso, ambas pasaron, la chica ahora saludó a su padre, quien también le dió un fuerte abrazo. Sin más que esperar, los tres tomaron asiento, sus padres en un sillón, y ella en otro, quedando frente a frente.

•No es fácil decirte adiós•Where stories live. Discover now