10.

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MATTHEW.

Aún estábamos en mi oficina, bueno, mi anterior oficina, la exuberante pelirroja se encerró en el baño con Katherin, según ella, tenía que bajar viéndose como una diosa, ¡Ridículas!

Me acerqué al escritorio y vi el boceto de un vestido de gala, era hermoso, pero sentía que algo le faltaba, tome una hoja y realice un rápido dibujo de lo que pensé iría mejor con el estilo.

Si de algo estaban orgullosos mis padres, era de mi habilidad para el diseño y modelar, gracias a las enseñanzas de mi padre siendo chico, había aprendido a diseñar todo tipo de ropa, pero me decidí por seguir los pasos de mamá, ella era la modelo estrella de la marca de papá, desde niños ella nos llevaba a modelar las colecciones infantiles de nuestro padre, luego seguí haciendo lo mismo, me gustaba modelar con mamá.

Revisé el diseño hecho y mis correcciones, y escribí, por un lado, el color rojo resalta más tu piel, un escote medio profundo y sin mangas queda mejor que la manga tres cuartos, hazle un escote de espalda.

— ¿Qué haces? — su voz me hizo girar para encontrarme con una diosa, se había maquillado y peinado mejor y con el vestido que traía puesto se veía espectacular, era una lástima tener que casarme con ella, sino sería perfecta para un buen revolcón de una noche.

— ¿Tocaste mis cosas?, debes saber que odio que toquen mis cosas — se acercó al escritorio y reviso varias veces las hojas.

— ¡Vaya! — la vi sacar su teléfono celular y extenderlo hacia mí — Mira, ya había empezado, justo en color rojo —

— Eso me interesa poco, sólo mejore la porquería que tenías ahí, deberías agradecerme —

— No te pedí hacerlo, para próximas ocasiones, abstente de tocar mis cosas — estúpida y desagradecida mujer, aparte de que le ayudó

— Muévete, debemos bajar — no termine de hablar cuando la asistente de mi padre entró. Era una mujer extremadamente sería, era casi imposible leer su estado de ánimo, pues siempre tenía cara de póker.

— Chicos, la rueda de prensa se canceló, mejor dicho, su padre ya la atendió joven — su mirada a veces me asustaba.

— ¿Puedo saber por qué? — ella sólo asintió sin decir una sola palabra.

— ¿Podría decirnos por qué señorita Michelle? — pregunto Katherin.

— El señor Collins decidió no atender más la rueda de prensa cuando le preguntaron por ustedes y la escena montada hace dos días donde el joven quería golpearla — Katherin se llevó las manos a la boca con sorpresa y yo solo pase las manos por mi cabello, lo que me faltaba.

— ¿Pero podemos desmentir eso cierto? — Michelle se quedó pensativa y asintió.

— Síganme — fuimos lo más rápido posible al lugar donde seguramente estarían la prensa, maldita prensa amarillista que inventa mil cosas. Cuando nos vieron llegar se abalanzaron sobre nosotros, lo único que pensé hacer fue tomar a Katherin de la cintura fuertemente y llevarla contra mi cuerpo, eso mantendría a los medios en silencio, entramos a la sala y mi padre estaba allí masajeándose el puente de la nariz.

— Padre, ya estamos aquí — él nos miró sorprendido.

— Pedí que no bajarán — Katherin se acercó rápidamente a él.

— ¿Podemos hacer algo para solucionar el problema señor Collins? —

— Eso no importa ya, la reputación de Matthew esta tan dañada que nada de lo que él haga servirá para callar a los medios, se ha convertido en la oveja negra de la familia — esas palabras realmente me dolieron, Katherin me miro con pena y luego se dirigió a Michelle.

— Señorita Michelle, Por favor deje entrar a los reporteros, dígales que seguiremos con la rueda de prensa —

— No es necesario Katherin, es mejor terminar esta farsa — ella se veía asustada.

— ¡No! No señor Collins, lo solucionaremos, necesito esta farsa señor, yo lo solucionare señor — fruncí el ceño, porque quería tan desesperadamente hacer esto.

— Deja de meterte en lo que no te importa, deberías alegrarme el día y aceptar que está farsa termine —

— ¡Ya cállate! — abrí los ojos con sorpresa, me grito, está loca me gritó.

— No sabes lo que están pasando los demás, sólo piensas en ti mismo, eres un maldito egoísta y egocéntrico, deja de comportarte como un maldito niño mimado y haz algo por tu maldita vida de una vez por todas — eran muchas maldiciones en una frase.

Mi padre la miraba sorprendido, incluso yo lo estaba, no hallaba palabras para pelear con ella. Antes que pudiera responder varios reporteros ingresaron al lugar, me senté al lado de mi padre quedando en medio de ella y el viejo.

Nos bombardearon con preguntas que fueron contestadas casi en su totalidad por mi padre, y algunas las respondía ella, hasta que llegamos a esa pregunta.

— Señorita Davis, ¿Puede hablarnos de esta foto? — en una pantalla se mostraba una foto, se me veía a mí de espaldas con la mano alzada a punto de golpearla y a ella se le alcanzaba a ver sólo una parte de su rostro, desfigurado por el miedo. — Es verdad que es maltratada por ese hombre? — dijo señalándome.

— ¿Qué demonios se creen? — me levanté golpeando con fuerza mesa. — Son unos...— unas manos rodearon mi brazo, mire a Katherin de pie sosteniendo mi brazo con sus brazos con una súplica muda en su rostro.

— ¿No sé cómo es que sacan las cosas de contexto? — dijo ella aun sosteniendo mi brazo, pero mirando fijo al reportero.

— Este hombre a mi lado es el ser más maravilloso que existe, nunca se atrevería a golpearme, y para contestar sus preguntas, primero, no soy maltratada por nadie, segundo, esa foto está completamente sacada de contexto — suspiro antes de seguir.

— Ese día, Matthew sólo me ayudaba quitando un enorme bicho de mi cabello, tal vez por eso tengo esa cara de miedo en la foto, antes de sacar sus conclusiones absurdas asegúrese de saber la verdad, puedo demandar a su revista por calumnias e injurias — lo dijo con tal firmeza que toda la sala quedó en completo silencio, mi padre tenía una sonrisa enorme en su rostro.

— Ahora que se han aclarado las cosas damos por terminada esta rueda de prensa — dijo mi padre y ella sin decir nada se dio vuelta frente a mí y puso sus labios sobre los míos, varios flashes se escuchaban en la sala, yo solo estaba concentrado en esos labios dulces que estaba probando.

El beso siguió hasta que nos faltó el aire, luego de eso ella simplemente tomo mi mano y salimos de la sala como rayos, prácticamente me llevo corriendo hasta el ascensor.

Decir que estaba sorprendido era poco, esta gatita había sacado las uñas, y me había dejado completamente anonadado.

Forzando el Amor [Ya en Fisico en Librerias y Amazon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora