20.

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MATTHEW.

La marcha nupcial comenzó a sonar y con ella dio inicio a la ceremonia, las damas de honor ingresaron primero, primero entró Leah y luego Jen, por donde miraba habían invitados, la mayoría de ellos eran por parte de mi padre, socios y patrocinadores de las colecciones.

Levante mi mirada al frente, mis ojos se encontraron con los suyos, maldición, se veía como un verdadero ángel, ese vestido que se ajustaba perfectamente a sus hermosas curvas, parecía una modelo, su mirada que mostraba picardía, pero también inocencia, toda ella me tenía vuelto loco, pero no debía dejar que se diera nada entre nosotros.

De la mano de Steven empezó a caminar hacia mí, nuestras miradas se mantuvieron conectadas hasta que llegó a mí lado.

— Te entrego una gran mujer, más te vale que la cuides o arrancare tus bolas y te obligare a comerlas — Sutil, estaba seguro que eso no se decía en una boda.

— Lo haré —

Tome su mano y caminamos juntos los pocos pasos que quedaban hasta quedar frente al altar.

— Estaba ansioso por que huyeras, me hubieras hecho todo más fácil — le hable en voz baja de modo que sólo ella escuchara.

— Tu y yo tenemos que hablar, dejaste marcas en mi cuello, imbécil —

— Cuando quieras dejó marcas en otros lugares — antes que pudiera responderme el padre inicio con la ceremonia.

— Estamos acá reunidos para celebrar el amor de dos almas jóvenes que han decidido unir sus vidas en sagrado matrimonio... —

Mientras el padre daba su sermón, yo sentía que el tiempo pasaba lentamente, estaba cansado de estar de pie, me estaba dando sueño mientras le escucha hablar del amor verdadero, si supiera que el amor verdadero no existe, sólo es lo que pintan en cuentos de hadas y novelas, pero en la vida real te lastiman cuando amas, por eso tenía relaciones de una noche, nada que implicará sentimientos.

Al final de cuentas, este matrimonio sería algo bueno, sólo firmar papeles sin involucrarnos sentimentalmente, sólo necesitaba que está farsa terminará para poder seguir con mi vida normal, y si todo marchaba según mis planes en menos de un mes sería libre.

Salí de mis pensamientos con el carraspeo del sacerdote, el me miraba expectante, miré a mi padre que me hacía mala cara al igual que Katherin, que mierda me perdí.

— ¿Joven? —

— ¿Sí? — Me miro enarcando una ceja, — Disculpe, es que la belleza que muestra mi hermosa mujer me tiene encandilado, y me distraigo al ver sus hermosos ojos — al escuchar un awww de parte de los invitados supe que dije lo correcto.

— El amor Joven — levantó de nuevo la mano — Toma de la mano a tu prometida — hicimos lo que nos pidió. — Ahora digan sus votos — mierda no pensé en eso.

— Sin votos — Lo dije en medio de un grito, el sacerdote me miro extraño y supe que lo había echado a perder de nuevo, — No tengo nada que decirle a esta mujer que no sepa ya— el sacerdote asintió y continuó la ceremonia.

— Jason Matthew Collins ¿aceptas Katherin Aurora Davis como tu legítima esposa, para amarla, respetarla en la salud y en la enfermedad, en las alegrías y las tristezas, en la riqueza y en la pobreza; para honrarla cada día de tu vida hasta que la muerte los separe? — suspire antes de contestar.

— Acepto — dije lo más firme posible, aunque por dentro deseaba que ella se retractarse y saliera corriendo del lugar.

Hizo el mismo procedimiento con ella, cuando fue su momento de contestar miro a Jonathan por sobre mi hombro, y luego miro a los invitados, titubeo un poco antes de contestar.

Forzando el Amor [Ya en Fisico en Librerias y Amazon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora