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MATTHEW

​Desperté desorientado y solo en la cama, mis ojos iban de un lado para otro buscando a mi mujer y no había rastro de ella, mire el reloj en la mesa de luz y abrir mis ojos sorprendido, ya era más de medio día.

Mi mente viajo a la noche anterior, luego de nuestro primer encuentro había mirado dormir a Katherin, hasta que él deseo fue mayor a mi fuerza de voluntad y terminé despertándola para repetir, estuvimos entregándonos hasta el amanecer.

Con una enorme sonrisa me levanté de la cama para hacer mi rutina diaria y buscar a la mujer causante de mi buen humor.

Llegué al comedor esperando encontrarla en el lugar con mis padres y su amiga, pero solo me encontré con mi padre.

— Padre — él movió su cabeza en señal de saludo.

— ¿Has visto a tu madre? Tuve una reunión temprano y no pude quedarme a desayunar con ellas —

— También ando buscando a Katherin, pensé que estaban acá — el negó con la cabeza y escuchamos la inconfundible risa de la tía Ariadna.

Salimos al patio donde estaban todas las chicas, mi tía, mamá, Katherin y Jen se encontraban riendo como locas, Leah lloraba en el hombro de Jeffrey y Jonathan solo las miraba de lejos como si estuviera borracho.

Mire a papá, tenía el ceño fruncido mirando la escena, la verdad era una situación extraña. A medida que nos acercábamos a ellas más extraño se hacía todo.

​— Matthew, bebé — mamá llego a abrazarme ignorando a mi padre. — Desde que te casaste ya no quieres a tu madre, eres un mal hijo — la mire un poco extrañado mientras correspondía su abrazo.

— Ese no es tu bebé, ahora es mío — grito Katherin empujando a mamá para abrazarme, papá tomo a mamá en sus brazos.

— Lucían mi amor, te extraño tanto, ya no me amas como antes, solo amas tu trabajo — dijo empezando a llorar. ¿Qué demonios sucedía? — ya ni siquiera quieres que tengamos se... — papá se sonrojo y tapo su boca.

Mire hacía la mesa, había una bandeja con brownies y una jarra con leche. Katherin seguía pegada a mí, ahora sollozando porque no le prestaba atención.

​— Mamá, ¿Que tenían tus brownies? — le pregunté moviéndome con algo de dificultad hasta agarrar uno de ellos.

—Ayer olvide darle nuestros brownies a Katherin, ¿Quieres probar uno? Son la receta especial de tu tía — fruncí el ceño al probarlos, tenían un sabor y un olor conocido pero que no lograba reconocer.

— Papá, estos no son brownies normales — él miro a mi tía de forma acusadora.

​— No me mires así Lucían, recuerdo que te encantaban estos brownies en la universidad — con esas palabras todo hizo clic en mi cabeza.

— Pusiste marihuana en los brownies — más que pregunta fue afirmación.

​— ¿No quedaron buenos? — negué con la cabeza, eran ricos, pero ver a mi mamá y a mi mujer drogadas me causaba un no sé qué, bueno, no solo a ellas dos, los únicos cuerdos éramos papá y yo.

— Ya mírame, soy tu esposa, ayer te entregué mi .... — tape su boca antes que siguiera hablando.

Definitivamente las mujeres de mi hogar no se sabían comportar.

— ¡Estoy embarazada! — grito Jen, vi a Jonathan levantar la cabeza y quedar totalmente pálido, creo que esa noticia le quitó el efecto de la droga.

— Yo también quiero un bebé, Lucían hazme un hijo — me reí de la cara de papá.

​ —¡No! Matthew me hará abuela — mi sonrisa se borró, la mire con la boca abierta, no pensaba tener hijos ni ahora ni en el futuro. Ahora era papá quien se burlaba de mí.

— Katherin — la tomo de las manos — ¿Me harás abuela? — ella le sonrió.

Forzando el Amor [Ya en Fisico en Librerias y Amazon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora