35.

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MATTHEW.

Después de dejar a Katherin en la cama descansando, decidí salir hasta la farmacia más cercana, habíamos pasado toda la noche y parte del medio día follando como conejos, sin protección alguna y ahora que sabía que Katherin había sido virgen suponía que no tenía ningún control de natalidad.

No quería arriesgarme a tener hijos, compré en la farmacia varias pastillas del día después, por si en algún momento eran necesarias, un par de cajas de condones y tuve una extensa charla con el farmacéutico que me insistía en probar varios tipos de anticonceptivos masculinos, la mayoría experimentales.

Al llegar a casa tome de la cocina una botella de agua helada y varios panecillos que habían preparado, después del estado en el que quedaron lo más seguro era que Katherin despertara sedienta y algo hambrienta.

Subí las escaleras encontrándome con Sarah al final de ellas, se encontraba saliendo de la habitación que había sido de Mags, el sentimiento de odio que brotaba de mi cada vez que la veía era demasiado notorio, y esta vez fue más grande al ver el lugar del que salía, la tomé del cuello pegándola bruscamente contra la pared.

— ¿Qué haces aquí? — ella solo me sonrió. — ¿Qué buscabas en el cuarto de Maggie? —

— No te importa — me dijo de forma ahogada. No sentí llegar a Katherin hasta cuándo la vi meter la mano en el bolsillo de Sarah y sacar una memoria usb.

— Salió con esto de ese cuarto — dijo con la usb en su mano, la cara de Sarah fue un poema, su piel se puso completamente pálida.

— E...eso es mío, dámelo — tartamudeo un poco

— Si estaba en el cuarto de Maggie no te pertenece — dijo Katherin y su cara antes pálida se tornó roja por el enojo.

Con su pie pateó en mi entrepierna haciendo que me doblará del dolor y la soltará, en el momento que se vio libre de mi agarre arremetió contra Katherin.

Vi como la tiró del cabello y ambas caían al piso, de ahí en adelante fueron gritos y aruñones hasta que Katherin logro subirse sobre ella y empezó a darle cachetadas, Sarah hacía lo que podía intentado devolverlas, le arañaba los brazos e intentaba hacer lo mismo con su rostro.

— ¡Suéltame maldita perra! ¡Matty ayúdame! ¡Quítamela de encima! — Como pude me puse de pie y me acerqué a ellas.

Varias personas del servicio, mamá, Jonathan y Jen eran espectadores de lo que estaba sucediendo.

— Dale con más fuerza Kathe — gritaba mamá animándola a seguir. La mire de forma desaprobatoria.

Rodee la cintura de Katherin con mis brazos y la jale alejándola de Sarah, quien por lo que podía ver tenía su nariz sangrando. Ella se removía con fuerza entre mis brazos.

— Basta amor — ella se giró a mirarme, su mirada iracunda se posó en mi por unos segundos antes de girarse y empezar a removerse inquieta.

— ¡Suéltame Imbécil! ¡Aún no acabo con ella! — por más que le pedía que se tranquilizara no había manera de hacerlo.

— Basta Kathe, ¡maldición debes calmarte! — dio un golpe con su codo dejándome sin aire y logro escabullirse de mi agarre.

Lo último que vi fue a las dos forcejeando en el borde de las escaleras y después como si fuera en cámara lenta ambas desaparecieron de mi vista.

— ¡KATHEEEE! — Gritamos todos, corrí hacia las escaleras, unos escalones abajo estaba Katherin en brazos de papá, suspiré aliviado, miré al final de las escaleras dónde Sarah yacía inconsciente.

Forzando el Amor [Ya en Fisico en Librerias y Amazon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora