"Capítulo 26"

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Después de todo lo que pasamos y cuando estaba segura de que todo estaba bien entre nosotras, le conté absolutamente todo lo nuestro a Nia, y sí, al principio se mostró un poco reacia a creer que yo en verdad sentía algo por ella, pues anteriormente había tenido relaciones no tan importantes por parte mía, sin embargo poco a poco le mostré que mis sentimientos eran verdaderos.

Los días siguientes fueron los mejores de mi corta vida, pero como mi madre siempre me decía, “Tu nunca serás feliz, porque nadie amará jamás a un fenómeno como tú”. Después de un tiempo mi relación con ella se terminó.

Unas semanas después de que empezamos a salir, los pequeños problemas por la diferencia de edades comenzó. Los celos que ambas sentíamos, nos hacían ver cosas en dónde no las habían, pero siempre lograbamos contenerlos y arreglar nuestros problemas.

Finalmente lo que nos quebró, fue un gran malentendido, y todo fue planeado por su secretaria.

Ni siquiera me di cuenta en como caí en esa trampa, esa joven me dijo que Imra me esperaba a cierta hora en su oficina, pero cuando llegue no estaba, me dijo que ella pidió que la espera dentro, entramos a su oficina y una vez dentro la joven comenzó a preguntarme muchas cosas, me estaba poniendo un poco incómoda así que quise irme, ella me lo impidió y antes de poder soltarme tiro de mí y me beso, justo unos segundos después Imra entro y nos vio.

Trate de aclarar todo, pero su secretaria era más joven que ella y todo empeoró con eso.

Desde ese día había tratado de acercarme, pero en algún punto de esos días entendí que lo mejor que yo podía hacer por ella, era alejarme. Si eso le hizo le afecto en gran manera, no quería imaginarme lo mal que se sentiría ella cuando supiera la verdad.

—Lo se.. y ya le he hecho demasiado daño. No quiero hacerlo más— agache la cabeza para evitar verla.

Siempre que recordaba que ya no podía estar cerca de ella, las ganas de llorar me invadían.

—La destrozara saber que te fuiste sin siquiera despedirte— dijo de manera calmada pero con un toque de reproche en su tono.

—Sera lo mejor…— solté firme, respirando profundamente y subiendo mi mirada hasta cochar con la suya.

La sensación que sentí al verla fijamente atravesó mi corazón. Podía sentir lo decepcionada que estaba de mi.

—Nunca creí que fueras ese tipo de persona. Siempre pensé lo mejor de ti. me equivoqué.— Susurro de una manera tan fría y sin titubear.

Se levantó de la silla y camino hacia la puerta dispuesta a irse.

Eso en definitiva me dolió más de lo que podía creer. Es increíble el daño que simples palabras te pueden hacer.

Nia era mi mejor amiga, la única a la que me pude abrir para contarle mis problemas, la única a quien pude contarle gran parte de mi vida sin que ella se diera cuenta, ella me había ayudado a crecer y a volver a confiar en las personas.

Nia era una de las personas más importantes en mi vida y escucharla decir eso me partía en alma.

—Nia, por favor— la tome de su brazo impidiéndole seguir justo antes de que ella saliera.

—No, suéltame— jalo su brazo y yo la solté, me miro a la cara nuevamente.

—Creí que eras una persona increíble, creí que eras realmente asombrosa. Demostrabas ser siempre leal y segura de tus decisiones, siempre pensabas en los demás más que en ti… o eso creí, ahora mismo no te reconozco y ya no sé quién eres.—

Una Segunda Oportunidad Para Nuestra Familia.Where stories live. Discover now