Capítulo I: Final de Vacaciones.

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Venecia;

Arrugo la nariz por la incomodidad que me causa sentir el Sol sobre mi piel. Me coloco las gafas, en un inútil intento de proteger un poco más mi vista de la molesta luz que me encandila. La cabeza me palpita debido a la cantidad de alcohol que ingerí el día anterior, a pesar de la pastilla que tomé en la mañana. Uno de mis molestos acompañantes salta a la piscina, ocasionando que yo también terminara empapada al estar tan cerca de esta. Bajo mis gafas y lo fulmino con la mirada. ¿Por qué acepté venir a estas ridículas vacaciones? Bien podría haber viajado a otro sitio a obtener tranquilidad y privacidad.

—No seas amarga, Venecia. ¡Estamos de vacaciones! —me recuerda Hansel como si yo pudiera olvidar aquello. Aunque intento comprender la razón de tanta alegría por parte de mi hermano. ¿Acaso no se da cuenta que su papá y mi mamá nos enviaron a Sicilia para quitarse a unos estorbos de encima?

Todos los que estamos aquí, pertenecemos a familias adineradas e influyentes que prefieren pagar millones de dólares en unas ostentosas vacaciones que rendirnos cuentas a nosotros. Claro que a diferencia de los demás presentes, yo participo bastante en los negocios del esposo de mi progenitora; razón por la cual me encuentro con más malhumor de lo normal. ¿Quién se cree ese señor para sacarme de la jugada después de conseguir un negocio billonario gracias a mi inteligencia y tenacidad?

—¿Podrían dejar de actuar como niños, por favor? —pido al perder la poca paciencia que poseo. ¿Ya dije que detesto tener que compartir mi tiempo y espacio con estos niños de mamá y papá que lo único que saben hacer es gastar cantidades exorbitantes de dinero y tratar de mala manera a aquellos que tienen menos que ellos?

Hace varios años mi mamá cometió la estupidez de casarse con Eduard Santonrine, uno de los hombres más ricos de los Estados Unidos. De esa unión, nació mi insoportable hermano Hansel. Solo soy dos años mayor que él, pero es evidente que su mentalidad es demasiado pequeña. Supongo que eso se deba a los genes tranferidos por su padre. Sigo preguntándome, ¿qué vio la imponente y fría Lucrecia Hemerffot en él?

Déjala, Hansel. Ambos sabemos lo amargada que es mi cuñada _Agrega Sofía. La reparo por un nanosegundo ya que la considero poca cosa para mi hermano. Sus padres poseen una fortuna incalculable, pero ella es patética. Ni siquiera la cantidad de millones que tiene la han hecho ser parte del pequeño número de personas que tienen la suerte de recibir algo de atención por parte de Lucrecia.

-Nadie ha pedido tu opinión, Sofía. Deja a mi hermana en paz _Reprende mi hermano y sonrío con superioridad. Quedó claro quien es su favorita. A pesar de que no nos soportamos, sé que daría la vida por mí y yo la daría por él sin dudar. Ok, eso sonó demasiado dramático y cariñoso de mi parte.

-No empiecen _Comenta Atenea uniéndose a nosotros. Mi hermano la observa embobado al igual que la mayoría de los chicos que aquí se encuentran. Atenea Misttens es el amor no correspondido de mi hermano. Es guapa, no lo voy a negar, pero lo que tiene de belleza, lo tiene de idiotez. Mi única amiga reposa a mi lado sin inmutar una palabra, como es característico en ella. Amanda Emenster. Es prima de Hansel. Es la única persona con la que he entablado una amistad. Se incorpora en la tumbona. Coloca sus gafas sobre su cabeza dejando ver sus ojos verdes.

-¿Podrían hacer silencio? Algunas personas intentamos descansar _Pregunta con tranquilidad. Emet sale de la piscina y deja un casto beso en los labios de mi amiga. Ellos son el tipo de relación que pocos quisieran tener, pero que yo idolatro. Ambos tienen el carácter fuerte y la mayoría del tiempo parecen enemigos mortales. Yo por mi parte no me permito tener una relación. Los sentimientos nos hacen débiles y gracias a mi padre biológico aprendí que tener debilidades es uno de los mayores errores que puedes cometer cuando estás rodeada de buitres.

Ramé[CM#2]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora