Capítulo XXXV

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Christopher;

Ilenko y yo corremos por la enorme mansión donde estaba escondido Antoni, tenemos más de cuarenta hombres custodiándonos. No me gustó dejar a Venecia sola. Sé que Viktoria daría su vida por ella, sin embargo, la única persona que tiene mi plena confienza cuando a mi mujer e hijos se refiere soy yo mismo.

Los últimos cinco meses han sido los mejores que he tenido en muchísimo tiempo, por fin esa testaruda y yo decidimos dejar los odios y rencores atrás para poder concentrarnos en lo que verdaderamente importa. Un disparo inunda el pasillo. El cuerpo de uno de los rusos cae al suelo, la sangre me salpica el rostro. Observo con aburrimiento al causante de mis problemas.

-¡Maten a ese hijo de puta! _Ordena el Boss. La lluvia de balas comienza, como era de esperarse más de veinte hombres salieron a defender a Antoni. La ira recorre cada parte de mi cuerpo, esto ya se aplazó demasiado para mi gusto. Tengo un objetivo claro, el día de hoy solo tengo dos opciones, la primera, salir con la cabeza de Antoni Macherano en la mano y la segunda, morir en el intento. Pienso cumplir la primer sí o sí. Tres personas me esperan y no pienso fallarles, ya lo hice demasiadas veces en el pasado. Varios hombres mueren cuando me protegen de los proyectiles que va dirigidos a mí.

Golpeo, asesino y me baño de sangre en el proceso, me es imposible no pensar el día en que Venecia asesinó a Luciana. La trigueña se encontraba llena de sangre y aún así la hice mía. Se veía tan bien así. Meneo la cabeza y me concentro, las distracciones en este momento podrían costarme la vida. Logro llegar a Antoni, entro a la habitación, la cual se encuentra en penumbras. Esquivo un golpe, lanzo la persona que quiso golpearme al suelo.

-Angela Klein, es un atrevimiento de tu parte desafiarme en una pelea que perderás en menos de dos segundos _Aseguro. La luz de la habitación se enciende, Ilenko entra detrás de mí con varios hombres.

Otra de las puertas de la recámara se abre. Antoni obliga a una mujer a arrastrarse por el piso. Tiene una cadena en su cuello y está extremadamente sucia. La antes mencionada levanta la cabeza. ¿Rachel? ¿Qué carajos le pasó? ¿Qué hizo para que su amore la tuviera así? Me observa con sorpresa y sus ojos se cristalizan. Intenta corren en mi dirección, Antoni se lo impide. Aprieto los puños. ¡Pagará por tenerla así!

-¡Hijo de puta! _Espeto apuntándolo con mi arma. Mi intención era darle una muerte rápida, no torturarla de esa manera. Rachel golpea a la escoria andante, Antoni le devuelve el golpe. Está muy débil. ¿Desde hace cuanto tiempo la tiene así? Patrick me aseguró que la había visto en el hospital donde se encuentra Alexandra hace una semana y estaba perfectamente bien.

-¿Qué diría mi hija si te viera ahora, Chris? _Inquiere con diversión. Corro en su dirección, los hombres que se interponen en mi camino pasan a mejor vida. Pierdo de vista a Ilenko, continuo detrás del abuelo de mis hijos. Gracias a la debilidad de ex mujer sus movientos son más lentos.

Logro propinarle un golpe que lo envía directo al suelo. Rachel tiembla asustada, me observa como si estuviera viendo un fantasma. ¿Qué le hizo?

-Christopher _Susurra. Se levanta con dificultad del suelo, camina en mi dirección. Antes de que pueda llegar a donde me encuentro su verdugo hala la cadena y cae al suelo.

La pelea cuerpo a cuerpo entre el cabecillas de la mafia italina y yo comienza. Los golpes van y vienen. Él no es un oponente cualquiera, solíamos pelear por diversión años atrás. Lo odio profundamente. La madre de los mellizos trata de ayudarme cuando logra quitarse la cadena de cuello.

-Es inútil, bella. No saldrán ninguno de los dos con vida _Asegura el italiano. Es evidente la molestia que causa en Rachel las palabras antes dichas. Lo golpea con todas sus fuerzas, ella sabe pelear, pero está muy débil

-¡Cállate, hijo de puta! _Espeta. Fruncí el ceño, ella lo miraba a él con un profundo odio. Es graciosa la situación, me traicionó, mintió y engañó por alguien a quien no tolera.

Entran varios hombres que para mi mala suerte no pertencen a la Bratva. Rachel y yo luchamos espalda con espalda. De no encontrase uno de los presentes el otro ya hubiera muerto. Tres hombres logran inmovilzarme en el piso. La ex teniente intenta llegar a mi posición, sin embargo, el italiano frustra sus planes. Los hombres me levantan del suelo y me inyectan algo que me provoca un profundo sueño, lucho por mantenerme despierdo. Lo último que escuché fueron los gritos de Rachel pidiéndome que no me durmiera.

Me incorporo en el suelo, la poca iluminación me dificulta un poco describir el lugar donde me encuentro. Rachel está observándome. No puedo ver bien su rostro. Tiene un grillete en el pie. Me repito internamente varias veces que ella se merece estar así.

-¿Cómo están los mellizos? Supongo, que deben estar enormes. Es increíble lo rápido que pasa el tiempo, a veces me parece que fue ayer mismo que me enteré que los esperaba _Comentó, decidí ignorarla. Debo salir de aquí antes de que Antoni decida matarme, me sorprende que no lo hiciera.

-No me ignores, hace tiempo que no hablo con nadie que no sea Antoni, te creía muerto hasta hace unas horas _Agregó, puse mis ojos sobre ella. Las luces de la habitación se encienden, entrecierro los ojos hasta que me acostumbro.

-¡Cabrón! _Brama hacia un lugar en específico. Camina hacia el mugriento baño que hay el lugar. Se moja un poco el rostro, eliminando cualquier rastro de suciedad. Hay algo diferente en ella, no sé decir con claridad que es.

-Te dijo que había muerto, interesante manera de torturar _Le digo y ella niega. Camina hasta mi dirección, se sienta frente a mí. Coloca su mano en mi mejilla. Intento alejarme. Hace una mueca, sus ojos se cristalizan.

-Supongo que estos últimos tres años no han sido fáciles. Antoni me resumió tu historia con su hija en menos de dos horas. Sabía que vendrías, me dijo que me daría dos opciones. Podría quedarme a verte o macharme _Dijo. No entiendo de qué habla. Ella estuvo presente en mi historia con Venecia.

-¿A qué estás jugando? _Inquiero, aparto su mano una vez más de mi rostro con brusquedad. Ella sonríe, me recordó el día de nuestra boda. Estaba feliz, muy feliz, irradiaba felicidad por todas partes. Ahora parece sentir la misma felicidad al verme.

-Llegó la hora de que sepas toda la verdad, Christopher, comencemos por mi nombre, estoy harta de que todos me llamen Rachel _Masculla. ¿Qué carajos está pasando aquí? ¿Qué pretenden?

-Soy Rain y te voy a contar quién soy y por qué estoy aquí. Es algo larga la historia, pero puedo asegurarte que tendremos mucho tiempo....

Nota de la autora;

Hola, hello, hi.

¿Cómo están?

Sí, lo sé, es corto el capítulo.

¡Doble actualización!

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