Capítulo XXXIII

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Venecia;

Leves caricias en mi rostros hacen que me mueva algo incómoda en la cama. Abro los ojos con suma pereza. Sonrío de lado al ver quien es el causante de interrumpir mi preciado sueño. Me desperté en la madrugada con pesadillas, así que, en teoría no he dormido mucho.

-Buenos días _Susurro. Carraspeé para recuperar la voz. Ayer fue el peor y mejor día de mi vida. Casi pierdo a los gemelos y Christopher por fin aceptó que siente algo por mí. Acaricia mi mejilla. Está algo extraño. Hay algo en sus ojos que no sabría descifrar con exactitud.

-Estás hermosa _Musita. Deja un beso en mis labios. ¿Hermosa? No dudo de mí, al contrario, podría asegurar que tengo bastante claro lo hermosa que soy, sin embargo, ahora mismo, estoy consiciente de que las palabras del hombre frente a mí, no son del todo ciertas.

-Lo sé _Respondo y rueda los ojos. Me ayuda a cambiarme, aunque le dije que podía hacerlo perfectamente bien sola. Ni siquiera me dejó salir de la habitación.

-Christopher, sé que tengo que hacer reposo, pero no crees que estás exagerando un poco _Inquiero con diversión y niega. Me da otra cucharada de la sopa. ¿Quién lo diría? Si alguien me hubiera contado que el Vor de la mafia rusa me daría la comida como si fuera una bebé, jamás lo hubiera creido.

-Sólo, come _Demanda y prefiero hacerle caso en todo lo que dice. Milenka corre por toda la habitación junto a Owen y Amelie al enterarse de la noticia de mi embarazo. ¡Están muy felices!

-¡Tendremos un hermanito! _Vuelven a gritar unos eufóricos mellizos. Sonrío ante la escena. Pero me temo que no les he aclarado a ninguno que se trata de dos bebé, no de uno.

-En realidad, son dos _Agrego. Christopher deja caer la cuchara al suelo. Pasa su mano por su cabello. Observa su pantalón. Me es imposible no reirme. Cómo que a él le sale todo por partida doble. Después de que los mellizos y Amelie nos dejan solos comienza el interrogatorio.

-¿Dos bebés? ¿Mellizos, otra vez? _Pregunta y niego. Él suspira. Vuelvo a reirme y me fulmina con la mirada.

-Gemelos, dos varones para ser exactos _Aclaro y él comienza a besar mi rostro. Se sube sobre mí apoyándose en el varandal de la cama para no ejercer todo su peso. Sus ojos brillan. Debo confesar que esperaba cualquier reacción por su parte, menos esta. Es cierto que ya reconoció que me ama, pero mis hijos y yo continuamos siendo desendientes directos de Antoni, me es imposible no tener miedo en algunas ocasiones por un posible rechazo en el futuro.

-¿Cómo te sientes con la noticia? _Inquiero, me acomodo en la amplia cama. Se quedó en silencio durante largos minutos que me parecieron horas. Pasó su mano derecha por mi mejilla y acarició levemente mi labio inferior con su pulgar. Pasé saliva. Es algo frustrante no poder estar con él, lo deseo tanto, sin embargo, el doctor sugirió que me abstenga del sexo al menos por un mes. Todo sea por los gemelos.

-No lo sé.... es raro, ¿sabes? Hasta hace unos días juraba que jamás mezclaría mi sangre con la de esa escoria humana a la cual llamas padre, pero heme aquí ahora, cuidándote para que nuestros hijos puedan nacer, a pesar de que también tienen sangre de ese maldito corriendo por sus venas _Responde. Meneo la cabeza. Sé que Christopher no es de los hombres que estará recordándome todo el tiempo lo que siente por mí. Dejo un beso en sus labios. Entramos al despacho de Ilenko. Llegó hace dos horas y es el momento de decirle que estoy embarazada. Tengo claro que mis hijos poseen la sangre de las dos familias más importantes de la mafia rusa e italiana.

-¿Qué sucede? _Inquiere. Cruzo las piernas en la silla y Christopher coloca las manos en la mesa. Antes de que pueda decir algo él decide responder la pregunta del Boss de la mafia.

Ramé[CM#2]✔Where stories live. Discover now