Capítulo V

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Venecia

Enojada. Esa palabra me describe en estos momentos. No lo soporto, no lo soporto. ¡Ya dije que no lo soporto! Después de que el muy imbécil se burlara de mi aspecto me vi obligada a sentarme a su lado. ¡Sí, a su lado! Es un castigo horrible obligarme a respirar el mismo aire qu él. Según el Boss, Damon quiere verme. Esa confesión disipó un poco mi enojo, pero no pienso ver a mi hermano hasta encontrame recuperada. Lo conozco bien, pensaría que es por su culpa e intentaría alejarme de él. Él señor a mi lado se enteró de mi nueva situación con los Romanov y no mentiré diciendo que no disfruté su sorpresa y confusión ante el asunto. Me reí muchísimo, internamente, pero me reí. Me retiro del despacho y camino por la casa. Dentro de unos días veré a mi hermano y pienso tener un plan de escape para ese entonces. Dos niñas corren de un lado para el otro. Reconozco a la hija del Boss, pero lo otra no tengo idea de quien es.

-Venecia _Grita la pequeña Amelie. Camino es su dirección.

-Ella es mi prima Milenka _Me presenta a la otra niña. Le doy un leve asentimiento con la cabeza.

-Milenka, ella es mi prima Venecia _Me presenta con su prima, la cual me saluda de la misma manera en la que yo la había saludado minutos atrás.

-¿Quieres jugar con nosotros? _Pregunta Amelie con un puchero en los labios. Suspiro resignada. Lo admito, los niños son mi debilidad. Debilidad que no me gusta que noten, pero el hecho de estar corriendo para que las niñas no me asesinen con sus armas de juguete no me ayuda mucho.

-¡Me rindo! _Les digo fingiendo miedo. Ambas se miran con perversión. Se abalanzan sobre mí y comienzan a hacerme cosquillas. Exploto en carcajadas. Me levanto cambiando los papeles. Amelie y yo le hacemos cosquillas a Milenka. Después volvemos a cambiar. Nos lanzamos nieve. En fin hoy pasé un rato agradable. Jamás pensé que dos niñas pudieran hacer que me diviritiera tanto. Me hubiera gustado que Damon también estuviera aquí. Necesita estas actividades en su vida.

-¡Milenka! _Grita horrorizada Amelie sacándome de mis pensamientos. Me volteo y mi corazón comienza a latir apresuradamente.

-¿Qué pasó? _Le pregunto a Amelie. Ella me señala el lago que ahora se encuentra congelado. Hay un pequeño agujero en en el. ¡La niña! Corro hasta el lugar con mucho cuidado. Me introduzco hasta la mitad, logro alcansarla con dificultad. ¡No respira! Comienzo a darle respiración boca a boca. Siento que vuelvo a respirar cuando ella expulsa el agua.

-¡Milenka! _El grito de Christopher Morgan me sobresalta. No me alejo de la pequeña porque ella no me lo permite.

-¡Suéltala! _Vuelve a gritar. Amelie se coloca a su lado y lo hala por el pantalón.

-Ella la salvó _Le hace saber y él me observa con el ceño fruncido. Me levanto del piso con la niña en brazos. Los golpes duelen como nunca y el frío no me ayuda para nada. Una vez nos encontramos dentro de la casa cambiadas y tomándonos un chocolate caliente la pequeña que salvé me sonríe con dulsura.

-Me caes bien _Confiesa y sonrío.

-Tú también me caes bien _Le digo. Se sienta sobre mi regazo. Sus pequeños brazos me rodean. Odio eso, pero ahora mismo no me desagrada. Correspondo su abrazo. Supongo que es su manera de darme las gracias.

-Déjanos solos, Milenka _Le ordena su padre y ella asiente. Hace unos minutos me enteré de que es hija de Christopher Morgan y Rachel James.

-Gracias _Masculla casi en un susurro. Frunzo el ceño. Jamás pensé que me agradacería.

-No fue nada. Cualquiera hubiera hecho lo mismo, es una niña _Le digo. Ya lo dije antes y lo mantengo, no me gusta acabar con la vida de nadie y mucho menos si se trata de una niña. Milenka es adorable.

Ramé[CM#2]✔Where stories live. Discover now