¹ Frío.

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El ruidoso sonido de las teclas llenaba aquel espacio silencioso acompañado de pequeños sorbos cuando sus labios tomaban de aquel líquido caliente y amargo.

Su cuerpo estaba reposando en aquella silla negra de cuero, tenso mientras sus dedos se movían con agilidad sobre las teclas de su computadora, viendo como las letras pasaban con rapidez.

Un fino traje adornando su delgada y marcada anatomía, la fina corbata negra abrazando su pálido cuello, siendo aflojado por sus delgados y pálidos dedos al empezar a ser molesta.

El sonido de la puerta siendo tocada hizo que sus dedos se detuvieran un momento para al segundo seguir sin detenerse, su gruesa y rasposa voz saliendo de sus finos y rosados labios dándole el pase a la persona del otro lado.

— Señor Min — la dulce voz de su secretaria llegó a su campo auditivo, la miró de reojo para volver a la pantalla y las miles de letras ya escritas.

— ¿Sucede algo, Señorita Kim? — su gruesa y amenazante voz hizo temblar en su lugar a la hermosa mujer que asintió lentamente mientras se acercaba al escritorio de su Jefe.

— Hoy tiene una junta a las 3:00 con Kim para cerrar el contrato. También una cena importante con los familiares de su esposo. — hizo una pequeña pausa al ver la mueca en el rostro contrario. — ¿Desea que prepare una cita con el diseñador y compre un ramo de flores para su suegra, Señor?

Por primera vez el pálido aparto la mirada de la pantalla para fijarla en su secretaria, sus gatunos ojos profanando a la mujer que se hacía cada vez más pequeña en su lugar.

— No, yo me encargaré de eso. Puedes retirarte, Kim — le dio una última mirada para volver a lo que estaba, ignorando a la mujer que hizo una reverencia para salir dejando al importante hombre en su silenciosa oficina.

Min Yoongi, un magnate de los negocios y las finanzas, con un poder muy alto, conocido por su frialdad y competitividad, terco, firme y sobre todo inteligente, siempre estudiando a su enemigo.

Estando en la cima de su propio éxito y de los mejores de la industria, manejando las empresas Min dejadas a su cargo después del retiro de su padre.

Un hombre que terminó con buenas calificaciones la Universidad en la mejor escuela del extranjero, enorgulleciendo a sus padres que siempre buscaban que su estatus fuera alto, próspero y arrebatador, no dejando que los sentimientos jueguen en contra.

¿Qué si era feliz? Ahí estaba la duda.

Yoongi llevo sus pálidos dedos a sus bien peinadas hebras negras, soltando un suspiro lleno de frustración. No estaba con ánimos de ir a esa cena donde solo mostraría algo que no es, algo que los padres de su "esposo" no merecen recibir.

Yoongi era tan inteligente y calculador que sabía que algo pasaba con su matrimonio, con su esposo, pero siempre se hacía el ciego, una venda en sus ojos bloqueaba todo la realidad, la mentira piadosa y jugosa que él prefería esquivar aun sabiendo que era verdad, que ahí estaba en letras grandes.

Ignoraba todo y seguía como si nada, creyendo que nada estaba cambiando cuando era así, porque la realidad era otra y él prefería creer que no, cegando por completo aquella dolorosa verdad que no quería ver.

No quería ir a humillar su honor, tratado de una manera distante y fría, sin tacto alguno, no quería mentir enfrente de aquellas personas que lo acobijaron desde el primer instante, quienes le brindaron apoyo y un hogar.

El pelinegro dejó caer su cabeza hacia atrás tomando una inhalación fuerte tratando de tranquilizar a su confusa mente. Tenía que concentrarse en su trabajo, no podía estar pensado en cosas que solo le hacían daño.

Infiel |Kookgi|Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum