²² Adiós.

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El silencio reinaba en él lugar, ambos disfrutando de la suave brisa chocar contra sus rostros, sin incomodidad alguna en el ambiente, solo una inmensa tranquilidad que desde hace mucho no habían sentido.

Eran solo ellos dos compartiendo el hermoso atardecer, viendo como poco a poco el sol se iba escondiendo y la noche caía sin borrar lo cálido del viento.

Sorprendente y relajante.

- Lo siento - Jungkook fue el primero en hablar con su vista en sus manos entrelazadas sobre sus rodillas dobladas. - Fui un pésimo novio y esposo. - Soltó una risita nerviosa para aligerar el ambiente. - De verdad lo siento.

Yoongi dejó de mirar el atardecer para concentrarse en Jungkook, admirando su perfil y como su piel brillaba gracias a los escasos rayos de sol que se iban perdiendo lentamente en el horizonte. Sentía que lo volvía a tener cerca otra vez, aquel pequeño ser asustado y con aires de grandeza que conoció en la Universidad, quien corría detrás de él sin importar que le dijera mil veces no, ese cervatillo con unos ojos que brillaban como hermosos luceros, que lo hacia reír a carcajadas inevitablemente y que le hizo sentir miles de mariposas por primera vez, como si se hubiese subido a una montaña rusa sin fin.

La persona de la que se enamoro.

Lo confieso, el compromiso solía asustarme, desde que te conocí, estoy dispuesto a darte cada centímetro de mi corazón, porque, lo confieso, te amo. Y, planeo amarte por siempre. Superando pruebas, dolores y malentendidos. Atravesando todo, porque quiero ese compromiso contigo. - Rowan Everly

Yoongi siempre esperó ser salvado por alguien, que lo sacara de esa jaula que no lo dejaba ser libre al fin, con el corazón destrozado y lleno de dolor.

Jungkook fue su ancla, aquel que lo libero de su tormento, quien le tendió sus brazos para recibirlo y protegerlo de sus monstruos, fue una luz en medio de su oscuridad, lo fue todo, tanto que fue doloroso. Pero estaba bien, él podía soportarlo todo, no importaba cuan lastimado saliera, no importaba las cadenas en sus tobillos que no lo dejaban seguir sus pasos, que lo mantenían en el mismo lugar.

Estaba estancado y siempre lo estuvo sin importar el amor que tenían y se profesaban, no era suficiente. Él seguía si poder liberarse del las interminables cadenas con un pasado doloroso que mantenían cicatrices.

Ambos fueron la salvación del otro, la desesperación, la obsesión y la libertad que necesitaban para escapar de sus sombras, ignorando aquellas heridas por sanar y que seguían sangrando con fuerza. Envueltos en una nube rosa que los protegía de la verdadera tormenta, que los mantenía drogados y sedados.

El engañó fue el trueno que rompió aquella nube llena de color y calidez, donde todos podían estar bien sin ningún problema; los dejo caer y pegarse contra el duro pavimento para despertarlos de su mentira.

Fue doloroso. Nececitaban sanar.

- Yo no.

Jungkook volteo a verlo con sorpresa en sus facciones.

- Es cierto que dolió, hay cosas que sanar, por supuesto, pero... - Su mirada volvió al paisaje y a las olas moviéndose con suavidad. - Di todo de mi y estoy satisfecho con eso, te ame como un verdadero loco y estaba bien, eso no cambiará nunca ni el hecho de que me diste los mejores momentos de mi vida, me hiciste feliz y me diste dos hermosos hijos que amo con todo mi ser, me ayudaste a criarlos y luchamos hasta donde pudimos.

Tú que eras parte de mi.

Escuchar de verdad.

Me gustaba escucharte.
No hablo de las palabras.
Me gustaba escuchar tus miradas,
tus gestos,
tus sonrisas,
tu alma,
tu corazón.

- No me arrepiento de haber sido tu esposo, de nada, porque sin importar los tropiezos eso jamas hizo que dejara de amarte como lo hice. - Se encogió de hombros y una pequeña sonrisa surco sus labios. - Tal vez no es nuestro destino estar juntos, y esta bien, debemos aceptarlo y seguir para no quedarnos estancados.

Los ojos de Jungkook se humedecieron, sintiendo como la argolla dorada dentro de su bolsillo ardía con fuerza, quemando con una calidez llena de liberación y tranquilidad.

- Algún día esta herida sanará y podré decir que te perdonó.

Las primeras lágrimas bajaron como gotas de lluvia, su cabeza escondiendola dentro de sus rodillas, sintiéndose extraño y tonto por llorar como un bebé.

Yoongi llevo una de sus manos a la espalda del menor, dando suaves palmadas de consolación que para Jungkook significaban demasiado.

Soltó toda su frustración y arrepentimiento, cerrando ciclo de algo que fue perfecto e increíblemente hermoso en su vida.

Conoció a una persona que lo hizo feliz, quien lo apoyo siempre sin importar que tan alocada fuera la idea, siempre estuvo ahí para alentarlo y darle fuerzas. Lo cuido y protegió, lucho por él cuando sentía que todo se vendría abajo, quien mantuvo a flote su barco a punto de hundirse.

Estaba agradecido.

Limpio sus lágrimas y de su bolsillo sacó la reluciente argolla, mirándola por última vez, esa fiel compañera que estuvo ahí por años y que vivió sus mejores momentos como también los malos.

Yoongi también la miro, llevando su mirada a su mano donde aún reposaba la suya, lentamente se la retiro, porque ahí iba un pedazo de su alma y su corazón.

- Gracias por haberme amado. - Murmuró con una suave sonrisa.

Jungkook también sonrió, ambos mirándose directamente a los ojos.

- Gracias por haberme aceptado.

Era el cierre de un ciclo más en sus vidas, de una aventura que había llegado a su fin, sin importar las heridas y el dolor, ellos habían dado lo mejor de sí, y ninguno se quejaba.

Ambos se pusieron de pie y caminaron hacia el mar, apreciando el cielo oscurecer y el agua perder brillo. Cada uno aventó su argolla, dejando que el agua se la llevara junto con sus olas hasta lo más profundo del océano.

Una sonrisa en sus rostros, el viento meneando sus cabellos con calma y la paz llegando a sus corazones.

Por fin.


No, no es nuestro tiempo, no es nuestro "para siempre", no ahora, todavía nos falta más, aprender de nuevas personas, llorar por otras despedidas. Solo es cuestión de dejarte ir, de soltarte ahora, pero volverte a encontrar en el futuro, en otra era. Llegué muy pronto o demasiado tarde. Traté de retenerte, pero cuando el destino te dice que no, ya no queda nada más por hacer. Ahora te vas, pero eso no evita que siga aquí, queriéndote.

Diciéndote que serás siempre tú, el amor de mi vida.

Aquí y en la otra.

- Jairo Guerrero.






Los amo 💖

- Soldck

Infiel |Kookgi|Where stories live. Discover now