⁴ ¿Por qué tenía que ser así?

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Yoongi cerraba la puerta de sus pequeños después de contarles un cuento antes de dormir, disfrutando de esos pequeños momentos juntos, con una sincera sonrisa en su rostro.

Trono su cuello, estaba agotado después de tantas lágrimas derramadas y lamentos floreciendo, tenía tanto que pensar y aclarar que le causaba un pequeño dolor de cabeza.

La idea de que Jungkook le fuera infiel seguía picando tan fuerte que creía que era real, las evidencias estaban ahí, enfrente de él, pero era tan ciego para verlas, para darse cuenta de la verdad.

¿Cuál era esa verdad que no podía ver?

Ya no era común que Jungkook llegara tarde, que siempre que quería besarle o abrazarlo este se corriera para que no sucediera, cada maldito rechazo cada que quería unir sus cuerpos, tener algo intimó como antes. Que ahora tuviera la excusa de tener tanto trabajo como para pasar tiempo con sus hijos, con él, que de la nada quisiera cambiar de habitación dejándolo de lado, convirtiéndose en un ser frío y despiadado, alguien sin razón, sin piedad.

Antes ni siquiera le tocaba un pelo, ahora siempre que había una discusión terminaba con la mejilla hinchada o con leves hematomas en su cuerpo después de los empujes y apretones sin cuidado.

Sabía que no era normal, que su matrimonio moría lentamente y él no podía hacer nada pues cada vez que lo intentaba Jungkook se encargaba de herirlo y hundirlo, no dándole la oportunidad de si quiera llegar a más, rechazando cada cosa que proponía para pasar en familia o para solo ellos.

Ya no sabia qué hacer, las fuerzas se estaban acabando y no sabía que es lo qué haría cuando realmente ya no pudiera más.

¿Por qué tenía que ser así?

Se adentró a su habitación recargando su frente en la fina madera, repitiéndose una y otra vez que todo saldría bien, que nada estaba cambiando, que solo era una mala racha en su matrimonio, algo que sucedía, temporal.

Quería engañarse, quería creer que todo cambiaría y volvería a ser como antes, donde Jungkook era el que siempre estaba tratando de buscar afecto, el que le decía palabras dulces, quien lo avergonzaba con sus te amo y caricias afectivas. Alguien que jugaba como un niño pequeño con sus hijos, quien volvía a casa temprano para ayudarlo y recibirlo con los brazos abiertos y la comida hecha.

¿A dónde se había ido todo eso?

No sabia lo qué tenia que hacer para cambiar todo.

— ¿Ya se durmieron? — dio un brinco en su lugar al escuchar la voz del causante de sus miles de tormentos.

¿Qué hacía ahí?, ¿Qué tenía que decir?, ¿Qué es lo que iba a pasar?

— Sí — murmuró alejándose para caminar con desgane a su armario y buscar una de sus tantas pijamas, solo quería esconderse debajo de sus sábanas y no salir jamás.

Dormir y no despertar hasta mañana o hasta que todo volviera a la inevitable realidad, donde era feliz sin siquiera saberlo.

Se sobresaltó soltando un suave grito cuando sintió los brazo de Jungkook alrededor de él, dándose cuenta lo fuerte que era.

¿Hace cuánto que no tienen esa cercanía?

Su cuerpo sufrió un escalofrío cuando sintió los suaves labios de su esposo sobre la piel descubierta de su nuca, sus manos tomando con posesión sus caderas. Su cuerpo estaba temblando por cada roce contra su piel, que hasta ahora no se había dado cuenta lo sensible que se había vuelto.

— ¿J-jungkook? — preguntó tembloroso mientras seguía sintiendo los labios pasearse por la piel de su cuello, sintiendo aquellos dedos aferrarse a su carne.

Infiel |Kookgi|Where stories live. Discover now