El relato

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Habían pasado unos cuantos minutos, casi una hora de que el anciano duende llegó tras el llamado de su ama. Kreacher había llegado a la casa y saco a Hermione, Ron y Harry del cuarto de sus amos; Harry le ordenaba al elfo que les explicará y que no los trata mal, pero el duende ya no le hacía caso y se encargó de ayudar a Rasalas.

—Ya tardaron demasiado—murmuró Harry con molestia—¿Que creen que estén haciendo?

—¿Conspirando?—dijo Ron. Harry y Hermione lo voltearon a ver de inmediato—Digo... Ella sigue siendo un mortífago después de todo. Todo esto es extraño ¿Como pudo estar tanto tiempo en ese diario?

—Tuvo que ser un hechizo muy poderoso—respondió Hermione—y no creo que estén tramando algo; Rasalas estaba muy débil y Kreacher ha de estar pendiente a su salud. ¿Notaron su expresión cuando miro a Rasalas?—Hermione recordó la escena de Kreacher que lloraba al ver a su ama, sintió lastima por el elfo.

—No creí que ese elfo tuviera sentimientos—Ron rió y Hermione lo miró mal.

—Tiene más sentimientos que tú—le espetó la castaña. Ron rodó los ojos.

—No confío en Rasalas pero, ¿Creen que ella y Regulus lograron destruir el guardapelo?—pregunto Harry ansioso por saber el paradero del guardapelo.

—No se, amigo—dijo Ron—tendríamos que hablar con ella

—¡¿Como?! ¡Si no ha salido de ese dormitorio!—exclamo Harry golpeando la mesa de la cocina.

—¡Está débil, Harry!—dijo Hermione—No sabemos lo que le ha pasado

—Kreacher ha de saber—comento Ron.

—Si, Kreacher—murmuro Harry dispuesto a salir de la cocina para ir a ordenarle al elfo que le dijera lo que sabía.

Harry iba saliendo de la cocina bajo los regaños de Hermione cuando los tres escucharon un «Crac» y se devolvieron a la cocina. Kreacher después de curar las heridas de la ojigrises, había decidido bajar para que cuando despertara su joven ama, tenerle su sopa favorita lista.

Kreacher al ver al trío de oro decidió ignorarlos, sin antes tirar insultos hacia ellos en susurro, según el, porque ellos si los escuchaban:

—Traidores a la sangre, asquerosa sangre sucia; se atreven a seguir en la humilde casa de mis amos

—¡No nos llames así!—gruño el de anteojos enojado. Harry se acercó al elfo corriendo para tomarlo bruscamente del sucio trapo que usaba Kreacher de vestimenta.

—¡Harry!—chilló Hermione.

—¡quiero que digas todo lo que sepas, Kreacher!—Harry ignoro a la castaña y empezó con su interrogación teniendo a Kreacher bajo su agarre—¡¿Que relación tiene Rasalas y Regulus con el guardapelo?!, ¡¿Tú sabes dónde está el guardapelo?!

—¡Asqueroso, traidor a la sangre!—gritó Kreacher queriendo zafarse del agarre.

—¡Te ordenó que me respondas con la verdad!—Harry insistía al elfo con enojo.

—Suelta a Kreacher ahora mismo, ¿Quién te crees para tratar a un elfo así?—espetó una voz con frialdad.

Los tres voltearon a ver de dónde provenía aquella voz; atrás de ellos estaba la chica pelinegra, con su tez mal pálida de lo normal, con rasguños en su rostro perfilado, sus ojos grises resaltaban enojo; Rasalas los apuntaba con su varita luciendo intimidante, aunque ocultaba su confusión y miedo.

—Kreacher, atrás mía—El elfo apareció atrás de Rasalas y se aferró a la pierna de la joven.

—Rasalas... —La ojigris miró a Hermione que trataba de tranquilizarla.

𝐄𝐥 𝐃𝐢𝐚𝐫𝐢𝐨 𝐃𝐞 𝐑𝐚𝐬𝐚𝐥𝐚𝐬 𝐌. 𝐁𝐥𝐚𝐜𝐤 [#1] (𝐇. 𝐆𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞𝐫) ✓Where stories live. Discover now