𝐄𝐥 𝐃𝐢𝐚𝐫𝐢𝐨 𝐃𝐞 𝐑𝐚𝐬𝐚𝐥𝐚𝐬 𝐌. 𝐁𝐥𝐚𝐜𝐤 [#1] (𝐇. 𝐆𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞𝐫) ✓

Futura señora...

Contenido sexual
—————————

—Rasalas llevas más de una hora metida en el baño ¡Sal ya! ¡Mi vejiga va a explotar!—Theo toco varías veces la puerta con su mano—¡Rasa...!

El chico fue interrumpido cuando una Rasalas sudorosa y agitada abrió la puerta del baño. Sin decir nada camino rápido hacia la fuente y lavo sus manos. Theo miro raro a la chica, pero sus ganas de orinar lo superaban, así que entro al baño.

Draco dejo de leer su libro y observó Rasalas curioso. Vió como la chica se remojada su rostro en la fuente con inquietud, su atuendo estaba mal acomodado lo que era extraño; Draco miró hacia el calendario de Rasalas dónde tenía, con un gran tache, la fecha en el día que estaban, inmediatamente supo el comportamiento extraño de Rasalas.

Soltó una risa baja mientras volvía a su libro y Rasalas se reacomodaba su atuendo.

Rasalas en toda la mañana anduvo de comportamiento raro, se quejaba de picazón en el cuerpo, sudaba cómo nunca, tenía una alocadas ansias de comer carne cruda, sentía dolor en su vientre y las erecciones no ayudaban.

También andaba evitando a Hermione y en todas las clases que compartían ni le dirigía la palabra. Hermione se entristecía con el comportamiento de su novia y se sentía culpable, pues el día anterior habían tenido una discusión por la culpa de una chica de Ravenclaw.

Hermione había hallado la corbata azul de Mía Maxwell, la nueva amiguita de Rasalas, bajo la cama de su novia.

Era obvia la razón y le dolía como nunca.

—Solo era una amiga, ¿Eh?—Hermione sonrió con amargura, apartó el brazo de su novia con brusquedad de su cintura y salió de la cama para empezar a vestirse.

—¿Cariño? ¿Que suce...?—Rasalas fue interrumpida por la corbata arrojada a su rostro.

—Al menos la hubieras llevado a otro lado y no a donde hacemos el amor ¿No?—sollozo Hermione poniéndose la última prenda. Su rostro reflejaba dolor y sobre todo enojo.

—¿De que hablas?—Rasalas frunció su ceño y salió también de la cama colocándose la bata—. Esto no es mío.

—No, no es tuya, es de Mía. No soy estúpida, Rasalas.

—¿Otra vez con lo mismo?—dijo empezando a enojarse, Rasalas estaba arta del mismo tema—Amor, ya te dije que no tengo nada que ver con esa chica. Además, se te olvida que no soy la única que duerme y tiene sexo en esta habitación, están Draco y Theo talvez...

—¡Estaba abajo de tu cama, Rasalas!—gritó Hermione ante el descaro de la ojigris.

—No tengo idea de cómo llego hasta ahí pero yo no tengo nada que ver con esas corbata.

—¡Eres una cínica!—Hermione empujó a Rasalas, sus lágrimas estaban a nada de resbalar por sus mejillas—¡Solo admite que quisiste volver a tu estúpido pasatiempo de tu maldito pasado, Black!

—No sabes lo que dices.

—¡Sabia que era cuestión de tiempo para que volvieras a ser quien realmente eres...!

—... Cállate, Hermione.

—... ¡Una sinvergüenza egoísta que se acuesta con quién sea sin importarle los sentimientos de los demás!

—¡Cierra la maldita boca!—gritó Rasalas, tomando a Hermione de los hombros con fuerza, perdiendo por completo la cordura—¡No he tenido sexo con nadie que no seas tú!—Hermione forcejeó pero le fue inútil salir del agarre de Rasalas, a cambio apretó más—¡Ni me he follado a Mía Maxwell! ¡Así que no hables estupideces!