𝐄𝐥 𝐃𝐢𝐚𝐫𝐢𝐨 𝐃𝐞 𝐑𝐚𝐬𝐚𝐥𝐚𝐬 𝐌. 𝐁𝐥𝐚𝐜𝐤 [#1] (𝐇. 𝐆𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞𝐫) ✓

El juicio

Los días antes al juicio habían sido muy desesperantes para Rasalas; tenía insomnio por las noches, y no solo por el juicio que se llevaría a cabo el día siguiente, sino también por qué las pesadillas no se habían ido del todo.

Extrañaba dormir con su castaña.

Rasalas dió una vuelta más sobre la cama y sonrió, sin duda Hermione era lo mejor de su vida, con estar con la castaña se sentía tranquila y segura. Odiaba las noches por no tenerla y ansiaba las mañanas para poder verla, pasaba con Hermione las mañanas y las tardes, las dos iban a ayudar al castillo con ansias, pues, sobretodo Hermione, estaba entusiasmada por regresar a estudiar y más porque Rasalas también volvería.

Aparte de Hermione, era el regreso a Hogwarts que mantenía a Rasalas con ánimos y cuando la profesora McGonagall la acepto fue increíble...

—Tome asiento Black—la profesora McGonagall había entrado a su despacho, donde la esperaba Rasalas y para matar el tiempo se había puesto hablar con el retrato de Snape.

—Así que ten cuidado—advirtió al retrato en susurro—, podría dibujar fácilmente un bigote en tu viejo rostro.

Snape gruñó con fastidio y Rasalas lo miró sonriente para luego sentarse en la silla, frente al escritorio de la profesora McGonagall.

—No hará tal cosa, Black—reprochó McGonagall, quien había escuchado a la joven.

—Le quitan lo divertido a las cosas—murmuró por debajo mirando al retrato de su amigo, quien ahora sonrió arrogante.

La profesora arqueo una ceja.

—¿Dijo algo?

—No—Rasalas le sonrió inocente y los ojos le brillaron cuando vio el típico recipiente con galletas de McGonagall—¿Esas son sus galletas?

McGonagall sintió un déjà vu, destapó las galletas y se las extendió a Rasalas, quien sonrió radiante.

—¡Gracias!—dijo llevando una a su boca y soltó un gemido de satisfacción —Extrañaba estás galletas.

—Bien ¿Sobre qué quería hablarme, Black?

—¡Ah, si!—Rasalas se pasó rápido la galleta que tenía en la boca— Perdone. De lo que le quería hablar es sobre... bueno, yo... —suspiró y miró a la profesora McGonagall— Profesora McGonagall, usted sabe que por cumplir otras obligaciones dejé mis estudios en el pasado, también sabe que fui una exelente alumna—Rasalas ladeó la cabeza—, con algunos incidentes con explosiones en el castillo... Pero fueron por experimentos académicos eh—se justificó ante la mirada de la profesora—. El punto es que: quería saber si, aún, ¿puedo regresar a terminar mi último año?. Eso sí no me llevan a Azkaban—lo último lo susurró para ella.

—La verdad es que—hablo McGonagall, después de unos segundos—: ya me esperaba a que viniera a pedir su regreso a Hogwarts, Black—la profesora le sonrió levemente y empezó a buscar algo en los cajones de su escritorio. Rasalas la mira sin entender—. Esto le parecerá familiar.

Rasalas frunció el ceño por las palabras de la profesora, pero su rostro se suavizó cuando vio que McGonagall dejaba sobre su escritorio un insignia esmeralda que brillaba.

—Es la... la...

—El capitán de Slytherin se graduó el año anterior, así qué, no veo el problema que ese puesto vuelva a usted.

—¿Eso quiere decir que si puedo volver? ¿Y volver hacer la capitana del equipo?

—Está más que claro, ¿No cree?

Rasalas le regaló una radiante sonrisa; sonaría estúpido, pero sentía la misma emoción que cuando la nombraron en quinto. La chica estiró la mano para coger la insignia, vio a Mcgonagall antes de cogerla del todo y ésta asintió, Rasalas la cogió y la miró detallando cada parte.