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—Yo soy el presidente.

—No, tu eres mi hijo y debes acatar lo que digo. Volveré a la empresa a revertir las tonterías que has hecho en mi ausencia. Este lugar es un caos Baekhyun, nadie te respeta, hemos perdido clientes y socios. Llevarás mi negocio a la ruina.

—Lo tengo dominado.

—No, no lo tienes. Por eso estoy aquí, mañana a primera hora esta oficina debe estar vacía. Es mía.

—No. Tu decidiste complacer a tu amante viajando por el mundo, ¿acaso te aburriste de ella? ¿O ahora que volviste ella también recuperará su puesto como tu secretaria?

—Respetala.

—No, no hay razón para hacerlo.

Agotó por completo la paciencia de su padre, se ganó una bofetada que dejó su mejilla roja, en ese instante solo quería llorar de coraje. Sentía tanta rabia en contra de su padre, pero con pelear no ganaría nada.

Y pensar que ya estaba en su casa, no descansando pero si solo donde nadie podía molestarlo.

Salió de la que solía ser su oficina encontrándose con su secretaria al pie de la puerta esperando por él.

—Cuando salga comienza a recoger mis cosas, volveré a mi vieja oficina —aviso intentando calmarse, no planeaba descargar su rabia con su trabajadora más leal.

—Pero acaban de ocuparla.

—¿Quién?

Sus puños se cerraron al escuchar el nombre, no podía creer lo que estaba haciendo su padre. Podía dejar pasar ser desplazado, pero no iba a permitir que la mujer que destrozó a su familia se paseara por los pasillos de su empresa como la dueña.

Le pidió a su secretaria que mandara sus cosas a su departamento o ella misma las dejara allá. Salió de la empresa antes de quedarse sin aire o hacer un destrozo, era increíble lo que había pasado.

Subió a su auto como si alguien fuera detrás de él, comenzó a conducir como si estuviera huyendo de alguien que le importara si la ansiedad lo estaba atormentando o no.

Frenó antes de estrellarse contra otro vehículo para al final detenerse con un poste, había superado por mucho el límite de velocidad. La abolladura de la parte delantera de su carro era algo mínimo que por suerte no afectaba el funcionamiento.

Aprovechó el momento para controlar su respiración y calmarse contando del uno al veinte y del veinte al uno, luego volvió a conducir sintiéndose un poco mejor.

Quería escapar del ruido de la ciudad por un rato, por eso tomó la carretera para dirigirse al sur y ver alguna playa. Hace tiempo no lo hacía, desde que se convirtió en adulto aproximadamente.

Alguna vez ver el mar lo ayudó, cuando era un adolescente en varias ocasiones se escapó, por eso esperaba que fuera suficiente para calmar su corazón por lo menos un instante y así poder regresar a enfrentarse al desastre que había aparecido.

Gran parte de la noche estuvo al volante sin sentirse cansado en ningún momento, todo el agotamiento que lo atormentó durante el día había sido desplazado.

Funcionaba de vez en cuando conducir sin un rumbo específico. Llegó a un pequeño pueblo a la media noche, no fue difícil encontrar un lugar para estacionarse y caminar por la playa. Se quitó los zapatos para sentir la arena en sus pies.

El golpe de las olas era lo único que escuchaba, estaba aliviado de que así fuera, aunque por momentos si ruido interno arruinaba las cosas. Caminó por un largo rato hasta que decidió sentarse abrazando sus piernas, apoyó la barbilla en las rodillas.

Too different [ChanBaek]✔️Where stories live. Discover now