🦋Cap.4: Una carta especial🦋

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Era una mañana templada de finales de verano en la finca mariposa, los pájaros cantaban melodiosamente como siempre había sido lo habitual, el recinto era cubierto por una atmosfera de paz y tranquilidad, en la cual todos los presentes eran capaces de encontrar calma, un momento para relajarse y tomarse un segundo para apreciar la belleza de la vida acompañada de matices tibias en todo el entorno. Tal parece que después de la tormenta, siempre llega la calma, y en aquella mansión, no iba a ser la excepción.

Ya pasado un periodo de tiempo relativamente largo desde la derrota del rey demonio, Kibutsuji Muzan, ya no había herido de la batalla que permaneciera en el edificio, todos los cazadores se habían recuperado en su totalidad, una que otra herida irreversible les quedaría, pero nada que los impidiera seguir con sus propias vidas, anhelos y deseos ahora que la raíz de todo el mal había desaparecido por completo de la faz de la tierra.

Así mismo como los demás cazadores de demonios, Tanjiro, Zenitsu y Nezuko, estaban a punto de partir de vuelta al hogar de los hermanos Kamado, la casa que los vio crecer, y en la cual planeaban vivir todos juntos ahora que podían bajar sus armas, ya no había amenaza alguna a la cual enfrentar, no había necesidad de seguir entrenando arduamente, o de arriesgar sus vidas con el propósito de proteger otras, ahora podrían tener el merecido descanso que por tanto tiempo habían esperado. Los hermanos habían planeado por un largo tiempo volver a su lugar de partida, y así mismo, intentaron convencer al rubio y al joven salvaje de retornar a su hogar con ellos, cosa que el de cabellos rubios como el sol no pensó dos veces antes de aceptar, la idea de compartir un hogar con la que dentro de su retorcida mente seria su futura esposa, antes de su emparejamiento oficial le parecía una idea irresistible, así el de cicatriz pudiera interponerse con facilidad.

Sin embargo, el ojiverde todavía tenía dudas corriendo por su mente, a la oferta de los Kamado, no dio una respuesta concreta, no fue un si seguro, ni un no rotundo, simplemente decidió tomarse su tiempo para pensarlo, dejando a los otros sin otra opción más que resignarse. Inosuke en serio quería estar con ellos, tener un hogar fijo con aquellas personas que siempre cubrieron su espalada sin importar que, aquellos amigos a los cuales les confiaría su vida sin detenerse a meditarlo ni por un segundo, esos seres que le dieron la oportunidad de adecuarse a esta sociedad humana sin necesidad de dejar de ser el mismo, en serio era un pensamiento tentador en sobremanera, no obstante, si estar con ellos significaba alejarse del legado de Shinobu, la finca mariposa, y Kanao, entonces no tendría ni la osadía de que esa imagen mental se proyectara en su cabeza, el nunca abandonaría nada de eso, sin importar que le ofrecieran el tesoro más grande y valioso de este ancho mundo, aun así, no había descartado por completo el ofrecimiento.

Por otro lado, mientras las niñas hacían sus tareas y quehaceres de lavar la ropa y cocinar el desayuno, Kanao e Inosuke no se quedaban atrás, este iba a ser un día atareado para absolutamente todos sin excepción alguna, desde el alma más pequeña e inocente, al espadachín más fuerte y valiente que tuviera la fortuna de permanecer en el lugar, todos tendrían algo que hacer.

En el caso de ambos espadachines, su tarea era limpiar los cuartos, específicamente, Aoi les había ordenado encargarse del mantenimiento de los aposentos de la fallecida pilar, a los  cuales nadie había entrado desde hace ya tres meses, el periodo de tiempo que había transcurrido desde la desafortunada muerte de la joven ojimorada, razón por la cual, la habitación estaba perdida en polvo, le urgía una limpieza con necesidad, además de que cabía la posibilidad de que la portadora de la respiración del insecto hubiese dejado algún asunto sin atender o algún documento sin entregar entre sus cosas, cuestion que también era tarea de los dos revisar. Nadie se había atrevido a pisar ese lugar o siquiera asomarse por la puerta en lo que había pasado de tiempo, y a la mayoría le pareció más adecuado que los encargados fueran los protegidos de la difunta, en circunstancias normales, la ojiazul los hubiera acompañado, pero ese día además de sus trabajos habituales, estaba encargada de ir al pueblo a comprar suministros, acto en el que lo más probable tardaría todo la mañana y gran parte de la tarde, por lo cual no tuvo otra alternativa que dejar a ambos pelinegros a su suerte.

🦋🌸🐗🦋Las Promesas De La Finca Mariposa🦋🐗🌸🦋Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ