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Amanece en Barcelona. Giro mi cabeza y veo a mi novio en su quinto sueño. Acaricio su cara sutilmente, desde que se echa los productos en la cara que le recomendé la tiene más suave.
Abre sus ojos y se los frota, y una sonrisa se muestra en su cara al verme.

- Buenos días mi niña.- me roba un besito en los labios e inconscientemente sonrío. Hace que con un simple gesto las mariposas revoloteen en mi estómago.

- Qué bonito estás así.

- Nunca estoy bonito?- pone un tono dramático y solo puedo reírme.

- Siempre estás guapo y lo sabes.

- Como está mi bebé?- pasa una mano por mi pequeña barriga, y es que solo ando de 3 meses.

- De momento no tengo ganas de vomitar, qué raro.- y es verdad, cada vez que me despierto me entran ganas de salir corriendo y vomitar. Me da un beso en la barriga y se levanta hacia el baño para enjuagarse la boca.

Se queda apoyado en el marco de la puerta cuando acaba y no puedo evitar recordar mi época fanfic de Leonardo DiCaprio. Recuerdo tener un póster pegado en la pared más grande que los carteles publicitarios, en él salía Leonardo apoyado en el marco de una puerta.

- Me recuerdas al póster del que te hablé.

- Me alegro, así me hacer recordar que estoy más bueno que él.

- Shhhh el ego por favor, estabas muy bien sin ser tan egocéntrico.- me levanto hacia él y poso mi dedo índice en sus labios en signo de que se calle.

- Perdona María de la O.- y zafándose de mis manos, en un movimiento rápido me pone entre la pared y me da un beso de esos que te deja sin aliento.

Después de una sesión de besuqueos mañanera, él se va a entrenar y yo aprovecho para hacer la universidad online.

Hace menos de un mes, me enviaron un correo diciéndome que podría empezar la universidad online si no quería ir presencial. Y replanteándomelo bien, a quien no le apetece estar en casa tranquila con la uni a sus pies.

Acabo mi bol de muesli con frutas y empiezo el trabajo que mandaron la semana pasada. El trabajo consiste en analizar varios órganos del cuerpo, pensaba que era cortito pero más de hora y pico me voy a tirar.

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- Pero a mí me apetece brócoli con tomate!- grito de la impotencia. Me apetece el brócoli con tomate y mi novio es tan cabezota que quiere pasta carbonara.

- Olaya, brócoli con tomate? Cuando has visto tú comer eso a alguien?

- No sé, pero me apetece comerlo.- Pablo se cansa ante mi insistencia y me hace el brócoli con tomate.

Hoy estoy insoportable, después de acabar el trabajo no tenía ni ganas para bajar a la cocina y preparar la comida. Y he aposentado finalmente mi culo en el sofá. Abro la revista del Hola mientras me como unos pistachos.

- Pablito has visto que Nico está saliendo con una chica?- le digo con la boca llena de pistachos. Me mira incrédulo y asiento.- Mira, lo pone aquí.

- No te fíes de esas mierdas Olayita.- frunzo el ceño por el mote.- A mí no me ha dicho nada, le voy a escribir.- pilla su móvil y le escribe, y sigue cocinando.

- Qué bien huele esooo.- canturreo y él me da una sonrisa de lado.

- Pues a ver si te gusta, que lo he hecho con todo el cariño del mundo.- suena el tono de llamada en su móvil.- Es Nico, pongo altavoz.
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- Qué pasa bro?

- Como que qué pasa? Que andas saliendo con una y me tengo que enterar por el Hola.

- Perdona tío pero no estamos oficialmente, nos estamos conociendo. Raro es que no hayáis salido aún Olaya y tú, qué por cierto sé que me está escuchando la Olayita.

- Que no me llames así ostia.- grito molesta desde el sofá. Y Pablo se ríe.

- Adiós parejita, si hay algún adelanto sois los primeros en saberlo.- nos despedimos y cuelga.
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Acabamos de comer, en verdad le ha salido de lujo el brócoli. Meto los platos al lavavajillas y me vuelvo al sofá junto a Pablo.

- Qué a gusto estoy contigo.- musita y solo puedo sonreír.

Y junto mis labios con los suyos, la droga de la que no me puedo deshacer. Miro sus pupilas y están dilatadas de deseo, y solo puedo seguir besándole. Sube de temperatura y nos dejamos llevar, con muchos besos y caricias. Se introduce dentro de mí con sumo cuidado y la habitación se llena de gemidos. Llego junto a él y me acurruco en su pecho.

- Solo sé que te quiero a ti, por siempre y para siempre.

Efímero || Pablo GaviDove le storie prendono vita. Scoprilo ora