• epílogo •

7.7K 196 37
                                    

Buenas Pablo,

Antes de nada, te digo que fui, soy y seré una cobarde; sé que no esperas esta carta, pero no soy valiente para afrontar y afirmar todo lo que pasó aquella noche.

Fui gilipollas, el zumo llevaba alcohol. Los médicos me dijeron que había abortado tanto por el alcohol como por un problema que tenía en el útero.

El barista me preguntó que si lo quería cargado, pero por el ruido no oí nada. Me aseguré que no tenía el puto alcohol, y se lo volví a preguntar, pero no escuché nada. También tenía varios tejidos débiles del útero; ya me estoy recuperando de eso pero no sabes cómo me encuentro ahora mismo.

No tengo cojones para decírtelo a la cara, es algo que me vas a reprochar toda mi vida (si nos volvemos a encontrar). Fui una irresponsable, una insensata. Era y soy una persona muy segura, pero esa seguridad se perdió aquella noche.

Y me fui de casa, llegué de la discoteca sin avisar a nadie y preparé una maleta para marcharme bien lejos del mundo. Porque si hablaba con alguno de vosotros, me matabais. Mi hermano sabe de todo y me anda buscando para hablarme, pero no pienso daros mi dirección a ninguno. Estoy en un lugar paralelo del mundo, donde nadie puede encontrarme.

Y creo que es hora de hablar sobre mis sentimientos.

Pablo, eras mi novio, mi amigo, mi compañero de vida, mi todo. Te quiero y te querré siempre, eres la única persona que me ha hecho volver a creer en el amor. Mi vida sin ti es una mierda, tanto que te echo mucho de menos, pero no puedo permitírmelo.

Cuando te vi ese día en el aeropuerto y en el gym, algo en mí me dijo que serías algo importante en mi vida, y mi intuición sabes que nunca falla. Cuando me llamabas Olayita, el peor mote que oí en mi vida. Cuando me cuidabas cada vez que estaba malita, o cuando hacíamos el gilipollas como unos niños pequeños.

Y te doy las gracias infinitamente, porque en mi vida había estado tan bien. Porque contigo estoy como en casa, y es una sensación que echaré de menos por años.

Nuestro hijo o hija, que bien sonaba. Sigo teniendo esas ganas de suicidarme, como intenté esa noche, pero unos anónimos me rescataron. Una pena que siempre tendré dentro de mi alma, ahora se encuentra negra. Porque no voy a poder vivir con ese dolor ni con esa culpabilidad.

Como te repito, te echo mucho de menos, te quiero y te querré. Tal vez no vuelva, tal vez sí. Y si vuelvo, retomaré mi vida como nueva. No seré la misma, supongo que después de esta nueva recaída seré otra persona distinta.

Fuiste, eres y serás el amor de mi vida.

Te quiere,

Olaya

_________________________________
Y con esto, se acabó esta historia.

Gracias a todos y todas por el apoyo que disteis desde el minuto uno. Escribir es una de las cosas que me gusta hacer para desconectar, y nunca pensé que haría una historia y la publicaría.

Solo os digo, gracias.

natt ✨

Efímero || Pablo GaviWhere stories live. Discover now