"¡Es un hecho! La mafia de los Black Dragon ha renacido de entre las cenizas y en tan poco tiempo se ha vuelto casi tan poderosa como Bonten, la mafia número uno de Japon."
"Brahman ha perdido contra la nueva generación de los Black Dragon y ahora s...
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—Debido a lo que pasó ayer decidimos que tomaremos cartas en el asunto y destruiremos a los Black Dragon antes de que nos jodan más.
Esa mañana tenían que llegar temprano ya que el equipo de acción tenía que entrenar para una misión ese mismo día, ninguno sabía que pasaba a excepción de los dos rubios que estaban al tanto.
Baji les entregó a cada miembro su equipo en el que incluía una pistola y varios cartuchos de balas.
Takemichi pudo notar un ambiente frío entre Baji y Chifuyu y pudo darse una idea de que las cosas no habían salido bien ayer por la tarde. Sabía que no debía dejar a Chifuyu con ese pelinegro pero en esos momentos tenía que volver rápido a la corporación y también no quería que supieran en donde se quedaba.
Todo ese tiempo Takemichi dormía en su oficina pero cuando entró a Bonten decidió pasar las noches un departamento que había comprado varios meses antes con anticipación porque sabía que sería vigilado y no quería arriesgarse a llevarlos a la sede principal de los Black Dragon.
Una parte de la mañana habían entrenado y calentado un poco mientras que la otra parte practicaron con la pistola hasta que por la tarde los habían citado a los tres en la sala de reuniones.
No se esperaba que de nuevo los invitaran, en especial Chifuyu gracias a la pelea que había tenido con Baji pero para su sorpresa aún los querían en esa reunión importante.
—¡Takemicchi!—exclamó Mikey con una sonrisa en cuanto vio al rubio entrar por la puerta.
El nombrado tuvo que mantener la paciencia y un semblante tranquilo en cuanto puso un pie dentro de la sala de reuniones. Hizo una reverencia en cuanto entró y tomó asiento en uno de los lugares vacíos.
El pelinegro en cuanto vio eso su sonrisa decayó y se cruzó de brazos tomando una actitud un tanto infantil que sorprendió a ambos rubios.
—La reunión no iniciará hasta que Takemicchi esté a mi lado—exclamó indignado.
Todos los presentes miraron a Draken con cansancio. Estaban acostumbrados a esa actitud y la reunión no empezaría al menos que se haga lo que Mikey quería.
Draken alzó una mirada al techo antes de girarse a mirar a Takemichi que lucía confundido y un tanto sobresaltado.
Solo podía pensar en que no había forma de que volviera a estar cerca del pelinegro, ya había tenido demasiado el anterior día cuando tuvo que tirar su dignidad al piso y sentarse en las piernas de Mikey.
—Espero no te moleste Takemichi pero podrías...—. No terminó la oración pero pudo saber que quería decir.
Hanagaki miró a todos los presentes con un poco de pánico pero todos esperaban que acatara las órdenes por lo que no tuvo más opción que levantarse y caminar hacia Mikey mientras que Chifuyu lo miraba con preocupación.
