"¡Es un hecho! La mafia de los Black Dragon ha renacido de entre las cenizas y en tan poco tiempo se ha vuelto casi tan poderosa como Bonten, la mafia número uno de Japon."
"Brahman ha perdido contra la nueva generación de los Black Dragon y ahora s...
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Cuando abrió la puerta de su departamento un trueno iluminó el lugar y casi podía jurar haber visto al mismísimo demonio parado en su puerta.
Había llegado a su departamento después de discutir unas cosas con Hanma, lo único que quería era llegar a dormir y descansar después de todo lo que había sucedido, había comenzado a llover hace varias horas atrás y ese era un buen clima para que pudiera relajarse y descansar.
O eso creyó hasta que alguien tocó su puerta a las tres de la mañana.
Había tomado su arma ya que no era normal que alguien llamara tu puerta a esas horas de la noche, mucho menos cuando perteneces a una organización criminal, eso solo podía significar la muerte.
-¿Qué haces en mi casa a estás horas, Mikey?-le preguntó al pelinegro que estaba empapado, Takemichi escondió su arma sin quitar el dedo del gatillo-¿Y cómo es qué estás aquí?
Sabía que Mikey investigaría dónde vivía y esa había sido la razón por la que había comprado ese departamento sin embargo nunca se imaginó que este viniera.
-Solo hay dos respuestas para esa pregunta y una es la correcta-dijo en un tono burlón- la primera es que te extrañaba y la segunda era porque no podía dormir y vine a ti, ¿Cuál crees que es la respuesta?
Sin pedir permiso el pelinegro entró a su casa dejando un rastro de agua a su paso a causa de su ropa empapada.
Eso era demasiado de lo que podía soportar y podía sentir el tic en su ojo, incluso agradecía que estuviera oscuro su departamento de lo contrario el pelinegro notaría su rostro de desagrado y enojo. Ya ni siquiera tenía la paciencia como para seguir actuando su papel.
-¿Y decidiste venir a mí casa a mitad de la noche con esta lluvía?-preguntó incrédulo suponiendo que esa era la respuesta.
El pelinegro se giró a verlo con una sonrisa.
-¿A caso no crees que te extrañé?
El rubio no estaba para juegos en ese momento, suspiró tratando de calmarse un poco mientras guardaba su arma.
-Vete a dar una ducha o te enfermarás, te traeré ropa-dijo Takemichi dirigiéndose a su habitación.
Mikey lo siguió con una sonrisa satisfecha.
No había mucho en el departamento de Takemichi, era un poco grande con un ventanal con vista a la ciudad pero solo tenía una pequeña sala sin una televisión, en su cocina solo había poca despensa y en su habitación solo tenía su cama que rara vez utilizaba y su armario con varios cambios de ropa ya que tenía otro armario con más ropa en su oficina.
-¿Te darás una ducha conmigo?-preguntó Mikey entusiasmado.
La mano de Takemichi se detuvo cuando estaba a punto de tomar una de sus camisas al escuchar esas palabras. Esa era una buena oportunidad para asesinar a Sano porque su paciencia ya se estaba agotando.
