XXXVIII

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Hoy he quebrado
de nuevo este cristal,
el que siempre
me ha de cortar.

El que se mancha
con mi sucia sangre,
el reflejo carmesí
de mi inferior ser.

Ese reflejo ennegrecido
su forma desconocida,
el que sé que soy yo,
pero quisiera no serlo más.

El cristal ha dejado de brillar,
cubierto de mi llorar,
me dice que deje de verme,
que cada observación
es un puñal à mi yugular.

Detesto quando me odio,
odio quando me detesto,
me odio porque no sé,
no sé que más hacer.

Poemario III: la xóchil mustiaNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ