Cuatro de agosto

5 1 0
                                    

Ese cuatro de agosto...
el día de mi cumpleaños,
tan obscuro como desolado,
tan callado como dañado,
ese día que clama ser escuchado.

Nadi nunca me ha visto llorar,
siempre me he ocultado
cuando estoy a punto de estallar,
no deseo que alguien me vea así.

Hasta ahora sólo he molestado a todos,
intentando sentirme superior,
haciéndome el gracioso, un don bufón,
pero siempre que dijo algo cruel...
por dentro todo de mí se destroza,
vocifera que me pierda del mundo.

Espero que nadi me recuerde,
sería humillante que me recuerden
como el chico de vida miserable.

Cuando me veo al espejo, me saludo,
pues creo que no soy merecedor
de los saludos de otras personas,
sólo el de un sucio vagabundo como yo.

Quiero queste próximo cuatro d'agosto
sea como cualquier otro en el pasado,
sin ningún invitado, sólo yo y mi desgracia,
sólo la soga, el cuchillo y el matarratas.

No me gustaría que me regalasen algo,
pues no hice ningún mérito que lo merezca,
sólo yo sufriré en mi funeral vestido de cumpleaños,
me acordaré de mi pasado y lloraré en demasía.

Aunque he de admitir que una vez sonreí,
cuando de mi pecho emanaba sangre
del disparo que ahogadamente me di,
ver mi sangre caer al suelo,
no sentir las piernas ni mi propio ser,
fue una experiencia gratificante que ayudó
a que mi autodesprecio aumente con velocidad.

El cuatro es mi cumpleaños,
se celebra mi cruel nascimiento,
se celebra mi ejecución,
llueven gritos desde el etra,
caen llantos desde el gehena.

Espero que nadi sepa cuándo
y que nadi se entere del porqué,
quiero caer como inadvertido,
quiero ver si por fin he de lograr
mi octavo intento de suicidio.

El día de mi funesto cumpleaños,
quiero que la esperanza me abandone,
quiero que la fe en mí desaparezca,
sólo necesito a mi amiga soledad...

Poemario III: la xóchil mustiaWhere stories live. Discover now