CAPÍTULO DOCE: Nobody

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«Dios mío, estoy tan solo, así que abro la ventana para escuchar los sonidos de las personas… Venus, el planeta del amor, fue destruido por el calentamiento global. ¿Será que las personas de allí también deseaban demasiado?... 
Y no quiero tu pena, solo quiero a alguien cerca. Supongo que soy un cobarde, solo quiero sentirme bien. Y lo sé, nadie vendrá a salvarme, solo necesito a alguien a quien besar. Dame un buen beso honesto y estaré bien.»

(Mitski, Nobody, 2018)

Kim NamJoon caminó a lo largo de la playa cerca de una hora completa, pensando en lo que había sucedido con HyeJin. También dió un par de vueltas alrededor del hotel antes de volver a la habitación. Incluso en los pasillos acortó el paso con la intención de demorarse un poco más, no obstante y muy a pesar de que él no se trataba de una persona demasiado sensible a la temperatura, hacía demasiado frío como para que siquiera se pensara quedarse afuera a altas horas de la noche. 

Bien hubiera podido ir a un bar y seguir bebiendo dado que la borrachera se le había pasado ya rato atrás, pero ya era domingo en la madrugada, y más temprano debía conducir de regreso a casa. Además, si llegaba a tener un poco de suerte, YoonGi ya estaría dormido y no tendría que dirigirle la palabra, ni verle la cara, por unas horas más. Así que solo respiró hondo un par de veces y buscó la llave de la habitación. Ah pero que imbecil, si YoonGi se había llevado consigo la maldita tarjeta.

Dios Santo ¿Por qué se le tenía que parar justo en ese instante, mientras pensaba en la sonrisa de YoonGi y recordaba sus ofertas indecentes? ¿Cómo iba a excitarlo algo así si él no era…no era eso? Eso, un maricón, un puto homosexual. Eso era YoonGi, pero no él, por ninguna razón podría. El solo pensamiento de ello le provocó náuseas. Tan asquerosamente repulsivo. Pero, en ese caso ¿Por qué razón hacía tiempo que no pensaba en YoonGi de esa manera? ¿Cuándo fue la última vez que vió a YoonGi como un desviado antes de verlo como lo que realmente se decía que era, un ser humano? Una persona como él aunque NamJoon no fuera, bajo ninguna de las posibilidades, igual a él. 

Aún librando un debate interno se armó la valor, tocó la puerta y esperó. Nunca conoció a nadie que atendiera tan rápido como lo hizo YoonGi esa noche, ni tampoco conoció a nadie más que lo mirara de esa forma al recibirlo durante los años siguientes de su vida. Y su corazón latió sumamente rápido cuando este habló.

—Eso fue rápido —dijo YoonGi con burla mientras caminaba de vuelta al interior, con sus pies descalzos y blancos sobre la alfombra marrón—. ¿Ahn HyeJin fue muy exigente?

—No quiero hablar de eso —respondió, entrando detrás de él.

YoonGi no insistió pues claramente había escuchado su tono de advertencia, el mismo que había empleado con él una noche atrás al preguntar sobre su padre. Él lo entendía y de pronto, el que YoonGi se quedará callado, le pareció un gesto apreciable. NamJoon lo agradeció en silencio. 

El cuarto olía a cigarrillos y NamJoon inmediatamente supo que su apuesta no había sido la mejor de las ideas. YoonGi debía haber fumado muchísimo pues las ventanas estaban abiertas, por lo que el grado de impregnación del aroma debía ser proporcional a los cigarros consumidos. A eso le sumó la expresión nerviosa de YoonGi cuando se acercó al balcón y movió el cenicero fuera de su vista, aunque este no se esforzó en apagar el cigarro que aún tenía en su mano izquierda, todo lo contrario, siguió fumando. 

Entonces NamJoon notó algo a lo que jamás le había prestado atención y es que, incluso YoonGi apestaba a cigarro y ya no olía a lo que él solía oler. Y eso fue tan asqueroso. NamJoon odiaba a los fumadores y a tan despreciable hábito suyo.

—Que vicio más repulsivo.

YoonGi frunció el ceño mientras lo miraba e inhalaba aún más profundo el humo, luego este se acercó y sonrió de lado, entonces el humo le dio de lleno a la cara. NamJoon quisó empujarlo pero se resistió al impulso, limitándose a taladrarlo con la mirada, casi furioso. Él joven pálido se rió en su cara.

Sostenme en tus brazosWhere stories live. Discover now