CAPÍTULO VEINTISÉIS: Candy - Fantástico

222 31 53
                                    


«Eco, eco...¿Dónde, dónde está mi caramelo? Por allá, por allá está tu caramelo. Tómalo, tómalo... ¡No, no tomes mi caramelo! Dame, dame tu caramelo. Tómalo, tómalo... Subida de azúcar, bajón de azúcar. Subida de azúcar, bajón de azúcar. Frente al algodón de azúcar comí un poco, y después un poco más. Terminé con una gran sonrisa. Finalmente, ya inconsciente, sin querer me lo comí todo. Me lo acabo de comer. Yo fui quien se lo comió. Sin querer me lo comí... Con una mirada salvaje, sin querer me lo comí»

(Atarashii Gakko!, Candy, 2021, 0m0s) // (Atarashii Gakko!, Fantastico, 2021, 0m0s)

NamJoon no estaba seguro de que había esperado realmente, pero por supuesto que el psicoterapeuta le dijera aquello no había figurado entre sus posibilidades. O quizás sí. Realmente ya no lo sabía. Después de un mes yendo y viniendo al hospital dos veces por semana, Min YoonGi no había dicho mucho sino es que nada. Intentó convencer al psicoterapeuta de que agendara una cita más para YoonGi sin embargo este insistió que no tenía caso.

— Señor Kim NamJoon, entienda —dijo amablemente el hombre—. Min YoonGi se niega a hablar y no importa cuantas sesiones tengamos por semana, mientras él no coopere no puedo hacer nada por él. Ni siquiera toma los medicamentos correctamente.

Sí, NamJoon estaba consciente de ello. Tan enterado se encontraba que en más de una ocasión tuvo que vigilar a YoonGi para que se tomara los antidepresivos y ansiolíticos junto con sus antirretrovirales. El joven pelinegro seguía excusándose que tantos medicamentos le provocaban náuseas. Él estaba seguro de que, por supuesto, aquello era posible y por eso seguía dándole el beneficio de la duda.

— YoonGi necesita su ayuda —respondió casi a modo de súplica.

— Lo sé, pero él no la quiere y yo no lo puedo obligar a tomarla.

Choi HyunSik parecía no comprender la situación.

— ¿Qué se supone que haga en ese caso? —inquirió—. ¿Dejarlo a la deriva?

El hombre negó suavemente. NamJoon echó un vistazo por sobre el hombro de este, encontrando a YoonGi al fondo del pasillo, justo al lado de los elevadores. Observándolos.

— No he dicho que le deje solo, eso es algo que ningún profesional de la salud mental le va a recomendar jamás, sin embargo, señor Kim, como médico mi deber es hacerle entender que Min YoonGi ya es un adulto —dijo Choi HyunSik con la mirada cansada—. No es un niño del cual usted deba o tenga que responsabilizarse. El toma sus propias decisiones y él, y sólo él, es responsable de ellas. Mientras él, voluntariamente, no acepte ayudarse, nadie, ni siquiera usted, va a poder hacer algo por él. Mi recomendación es esperar a que él esté listo para hablar, ya sea conmigo u otro doctor, de todas esas cosas que lo lastiman y a que esté dispuesto, de verdad, a recibir tratamiento. En tanto eso no suceda no hay nada que hacer al respecto.

Y sí, él sabía todas esas cosas pero no podía aceptarlo. YoonGi podía fingir cuanto quisiera estar bien pero no lo estaba. Tal vez sí, su humor había mejorado y asistía a clases, y su herida en la mano ya se había cerrado por completo, sin embargo, por las noches, incluso cuando este a veces dormía en su propia habitación, NamJoon era capaz de escucharlo sollozar entre malos sueños. Ambos necesitaban ayuda.

— ¿Qué debo hacer? —preguntó rendido.

— Dele tiempo, hasta que YoonGi no toque fondo no va a aceptar que necesita ayuda.

— ¿Y si nunca toca fondo?

— Me gustaría creer esa posibilidad pero ambos sabemos que, inevitablemente, tarde o temprano, lo hará.

Sostenme en tus brazosWhere stories live. Discover now