CAPÍTULO DIECISIETE: Algo Sucede

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«Algo sucede en mi manera de hablar cuando se que estas, algo sucede en el aire o en mi forma de respirar… »

(Julieta Venegas, Algo sucede, 2015, 0m,0s)

La vida diaria de NamJoon y YoonGi había sufrido un par de modificaciones después del incidente del robo. El primer gran cambio fue, sin dudas, el descanso forzado que YoonGi se tomó del trabajo, pues ahora estaba desempleado y tenía mucho tiempo libre por gastar. La segunda fue la extraña rutina que ambos habían asumido por la noche cuando, llegada la hora de dormir, YoonGi miraba a NamJoon y este le dejaba seguirlo hasta la habitación, meterse bajo sus sábanas y dormir uno al lado del otro.

¿Qué si aún tenian sexo? Por supuesto lo hacían, alguno de los dos habría tenido que estar realmente enfermo como para resistirse a ello. No obstante y a pesar de estar llenos de energía y deseo, la intimidad también era distinta, más suave. NamJoon no sabía cómo describirlo, era algo que simplemente podía percibir al centro de su pecho. Y así de extraño como era eso, de igual forma sabía que YoonGi también lo notaba. Había algo entre ambos que lentamente y sin que se hubiesen dado cuenta hasta aquellos días, se había construido con cimientos fuertes y casi estables.

NamJoon varias veces se preguntó lo que era aquello y varias veces se encontró frente a una respuesta que más allá de satisfacerlo, lo asustaba. Una cosa era gustar de YoonGi y otra muy distinta albergar un sentimiento que, por muy puro que aparentaba ser, resultaba ser la prueba de todo aquello que estaba mal dentro de él, sobre todo, de su cabeza contaminada.  Pero entre más lo pensaba esa era la única respuesta razonable disponible, si acaso todo aquello podía considerarse mínimamente racional. 

Para no volverse loco, NamJoon ignoró sus propios pensamientos y en cambio concentró todas sus energías en YoonGi, quien a pesar de decirle que estaba bien ahora, sabía que no lo estaría por mucho si no llenaba esos huecos de tiempo en su rutina diaria. Por mucho que YoonGi insistiera en hacer las labores de la casa, a NamJoon no le era distinto a mantenerlo como un mero esclavo. No, este quería hacer más por él, mucho más. 

Quería porque YoonGi le importaba más de lo que le gustaba aceptarlo en voz alta. ¿Cuándo empezó a preocuparse por él de esa manera? Fue, probablemente, a partir de la primera noche que durmieron juntos cuando entendió que había algo verdaderamente aterrador que atormentaba a YoonGi. 

Pasaron un par de semanas después de ser despedido y YoonGi aún no asimilaba del todo su nueva forma de pasar el tiempo. La mayor parte de su tiempo a solas lo gastaba en el mantenimiento del departamento, el aseo general y la ropa era su mayor entretenimiento. También estaba la preparación de los alimentos cuya labor era la más exigente. Y aún con todo eso, se las arreglaba para quedarse con un par de horas libres en su día a día. 

A veces leía sus mangas pero con frecuencia los terminaba en uno o dos días, y no se atrevía pedir más tomos así que se distraía con televisión cuando ya no había más que hacer. No era suficiente pues la tele, lejos de callar sus pensamientos, los avivaba. Llegado a esas alturas estaba comenzando a considerar la propuesta de Kim Doctor. 

Y no es que le emocionara el hecho de volver a clases, simplemente debía que admitir que NamJoon tenía un punto. Allá afuera no existían muchas oportunidades de trabajo y las que habían para alguien como él eran escasas y muy mal pagadas, principal razón por la que de algún modo había terminado en el mundo de la prostitución. Oh, pero volver a la escuela y enfrentarse a la burlas de compañeros más listos que él no le parecía la mejor idea de todas. Ser el estúpido de la clase no se encontraba entre sus aficiones. 

Quiso ignorar el tema de nuevo, aún a sabiendas que Kim NamJoon le preguntaría lo mismo de siempre al volver por la noche «¿Ya lo has pensado, YoonGi? » diría el doctor y entonces él respondería «Aún no». Esquivarlo cada vez era más difícil. Y no solo era el tema de la escuela lo que lo ponía ansioso, tambien estaba esa incesante necesidad de NamJoon por saber cosas de su pasado. El doctor seguia preguntando por su madre, por su abuela y sobre su viejo hogar, estaba demasiado interesado en su educación y en su tiempo en el orfanato. 

Sostenme en tus brazosWhere stories live. Discover now