Embarazada de mi mejor amigo(Finalizada)

¿Como poner un condon en la espada?

Narra Adriel

—Como saber los puntos G de mi pareja.

Aunque he tocado a varias mujeres y me preocupe por hacerlas sentir bien, con Lileth siento que es todo diferente.

Le doy clic a la lupa para meterme en Wikipedia. No se lo he dicho a Lileth, pero estoy cagado de miedo por si nuestra amistad se jode.

Se siente como si fuéramos a tener un hijo.

Luego de unos minutos buscando información útil, vuelvo a la página inicial de Google, donde salen todas mis búsquedas de hoy:

—Como estimular los pechos(tetas) a una mujer.

—Como poner un condin sin que quede aire.

Es normal que la primera vez no sepas colocarte un condón. Tan normal como ser precoz, ¿verdad?

—Como poner un confin.

Estúpido Google.

—Como puedo poner un condón en la espada correctamente.

—Puedo tocármela antes del sexo.

Me crujo los dedos levantándome de la cómoda silla para tirarme en mi cama. Agarro mi teléfono y llamo a mi mejor amigo, necesitando de su ayuda.

—Necesito tu ayuda —hablo nada más ver la imagen de Matteo en el teléfono.

—¿Qué pasa, tío?

—Voy a tener sexo el próximo viernes y estoy acojonado.

Por un momento pienso que la imagen se ha congelado por culpa de mi internet hasta que tira el mando de la Play sobre la cama.

—Dime que esto no es una broma —niego, sintiendo algo revolotear en mi estómago.

—Creo que estoy algo nervioso.

Mi baño se ha dado cuenta de cuán grande son mis nervios.

—¿Estás seguro de querer hacerlo?, sabes que no tienes que follar si aún no quieres. No hay prisa, tío.

—No quiero hacerlo con otras chicas. Quiero con ella. Con Lileth.

—No me jodas, Adriel. Luego de tres años, por fin vas a conseguir salir de la fríe… Antes de que pueda acabar la frase, lo chisto.

—No te emociones. Lo soltó de la nada y al principio pensé que solo bromeaba, pero no, ella solo quiere follar y ya.

—Olvida todo lo que dije antes. No creo que sea buena idea si ella lo único que quiere es...—apoya el teléfono sobre su escritorio para enfocarse—"perder la virginidad". —Si ella fuese Andre, estoy seguro de que aceptarías.

—Tienes razón, pero no es Andre. Es Lileth y son casos distintos.

—Matt...

—Mamá, estoy hablando con Adriel —en menos de dos segundos la madre de Matt aparece en la pantalla. —Hola, cielo, ¿cuándo vendrás a jugar a la consola? Porque mi hijo no venga a visitarme, no significa que tú tampoco puedas venir —la madre de Matt me sonríe.
—Iré lo más pronto posible a comerme toda la comida de tu casa. Lo prometo.

—Envíame un mensaje cuando vengas para hacer las galletas que tanto te gustan —sonrío cuando le vuelve a pasar el teléfono —mamá, no me avergüences —hace una mueca cuando me mira —voy para tu casa.

Corriendo salgo de mi habitación. Mi hermano mayor vino a pasar unos días a casa, así que puedo pedirle un favor a él.

—Tommy, te doy algo de dinero si te llevas a las gemelas al parque —le ofrezco a mi hermano cuando lo encuentro en su habitación.

—No me lo ofrezcas dos veces, pero nada de follar en mi casa y no me llames Tommy, cara pene —susurra, apartándose de mí.

Con tres hermanos es muy complicado poder tener la casa sola para mí, aunque Tomm ya tenga su propio departamento con su novia, viene seguido a visitarnos. Es un universitario responsable.

—Mejor vete y cómprale unos helados a las gemelas. Sus preferidos son los de fresa y chocolate.

Unos minutos después, cuando se van, me dejo caer sobre el sofá. Voy a perder mi virginidad con ella. Voy a tener sexo.

—¡Voy! —grito, cuando suena el timbre.

—Traje helado, pero se fundió por el camino. No pensé que lo hiciese —cuando abro la puerta, levanta una bolsa con un bote dentro.

A veces me preocupa el punto de estupidez en el que llegan los humanos.

—Qué extraño. ¿Cómo es posible que el helado se funda en pleno verano? —gruño, esperando que él no sea como yo y entienda la clara ironía en mi voz.

—Voy a ignorar eso solo porque tienes una buena cosa que contarme y necesito saber cada segundo de la conversación que tuviste.

—Esto es una gran mierda, porque, joder... quiero hacerlo, pero no soy estúpido y sé que no me conviene.

—Soy cuatro años mayor que tú y no puedo darte algún consejo que yo a tu edad tampoco seguí, así que hazlo y si te jodes, tu amigo va a estar para ti.

Hace una hora me dijo que no y ahora que sí. Es tan contradictorio.

—Vas a hacer que llorar.

—Tú también vas a conseguir hacerme llorar, pero me pone muy feliz que puedas conseguir un avance con ella, aunque no sea lo que esperabas.

—Esto es una gran mierda.

—Tú has decidido tirarte de cabeza sobre esta gran mierda, amigo.

—El otro día, yo... pedí a Lileth que me besara, pero ella solo soltó una risa y me beso en la mejilla —me remuevo incómodo por todo esto—le especifique que no lo quería en la mejilla si no en la boca y ella solo se río como si fuese el mejor chiste que le contaron.

—Puede que le gustes y le dio risa por los nervios de no saber si tu propuesta iba en serio.

—Ella me ha pedido tener sexo, dudo que sea por eso.

—Ella me dijo que solo me ve como su amigo y que nunca se le iba a pasar por la cabeza enamorarse de mí.

—¡Porras, estos días me he perdido varias cosas!

—No entiendo por qué no me beso. En el sexo vamos a besarnos de todas maneras o eso creo. La gente suele hacerlo.

—Supongo, pero puede que a ella no le guste—se encoge de hombros —de todas formas tú la conoces mejor que yo.

—Si algún día llegó a tener hijos, espero no tener que explicarles, como el pringado de su padre perdió la virginidad con su mejor amiga.

—Sería una buena trama para escribir un libro.

—Seguro que a la gente le encantaría leer un libro donde el mejor amigo sufre por idiota.

—El mejor amigo de la protagonista sufre porque él quiere. Si yo escribiese un libro así, definitivamente haría que el protagonista le declarará los sentimientos a la protagonista.

—Déjame adivinar. En tu libro ellos se casarían y tendrían dos hijos.

—Obvio, odio las historias que no acaban casados y con bebés, ya lo sabes.

—Y hablando de finales felices…

—¿Vas a soltar la mayor estupidez que escucharé en mi preciosa vida?

—Eres un idiota. Iba a preguntar si tú y Andrea en un futuro vais a ser esposo y esposa, ya sabes.

—Eso espero. Ella es la única mujer que amo y obviamente si ella acepta, pondré un anillo en su dedo en unos años.
—Eso es muy bonito. Tú no eres así de romántico conmigo Matt, me ofendes.

—Cállate Adriel.