Charla

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—Jamás voy a arrepentirme de esto.

—Me alegra saber eso.

—¿Piensas tener al bebé?

—Sí, pero yo… considero la adopción. Merece a alguien que lo pueda querer, dar juguetes y la estabilidad que yo no creo poder darle.

—¿Y el padre que opina de eso?, ¿está de acuerdo?

No lo sé, dímelo Adriel.

—No quiere saber nada de él —miento—, no va a tener un padre si decido no darlo en adopción.

—Debes dormir. Ahora tienes que descansar bien —su tono de voz no es cariñoso ni amistoso—. Buenas noches.

Abro los ojos para encontrarme con la cara de Adriel, mirándome desde su silla en donde juega.

Miró a Adriel con el ceño fruncido cuando lo veo observarme desde su silla.

¿Cuándo me dormí?

—Estaba esperando a que despertaras, te he preparado algo de comer, ahora comes por dos.

—Gracias por esto —carraspeo cuando lo pruebo —está bastante pasable, pero sigo prefiriendo el colacao.

—¿Tus padres ya lo saben? —pregunta finalmente.

Sigo viva, así que la respuesta claramente es un no.

—Tú y Oliver sois las únicas personas que sabéis de mi pequeño percance.

—Voy a marcharme a Barcelona en unos días, pero prometo estar aquí antes de que tengas a ese bebe. Voy a apoyarte. Nunca vas a estar sola, Lileth.

Voy a llorar.

—Me alegra saber eso —agarró su mano, apretándola levemente—. Aún me queda hablar con mis padres antes de que la barriga crezca tanto que ya no pueda ocultarla. Tengo la suerte de que siempre tuve barriga, así que puedo disimular un poco más.

Mis padres me tuvieron bastante jóvenes, así que espero que me comprendan.

—Y si no lo hacen, no importa, Andrea, Mattias y yo lo haremos. Tómate tu tiempo para contarle esto a ellos también.

—Gracias, Adriel, eres el mejor amigo que he podido tener.

Odio mentirle, pero necesita irse a Barcelona, y si yo le contase la verdad… Voy a contárselo, tengo que hacerlo, pero no ahora.

—Para eso estamos los mejores amigos.

—Hola.

—Hola, Lileth, este es mi hijo Carlos.

Cuando Oliver se enteró de que iba a ser un padre adolescente, dejó la escuela un año para ganar algo de dinero haciendo algunos trabajos y poder cuidar de la mamá del bebé y al bebé.

Luego de confesarle a Adriel todo, hable con Oliver, así que quedamos de vernos para que me presentase a su hijo e ir acostumbrándome despacio.

—¿Fue fácil tener un bebe?

—No, para nada fue fácil. Tenía dieciséis años cuando fui padre.

—Y yo me quejo —cuando veo que niega con una media sonrisa, enseguida me disculpo.

Diecisiete es mejor que dieciséis, aunque sigan siendo edades en las que nadie debería tener sexo sin condón.

—Peores reacciones he visto —se encoge de hombros—. Nadie se espera que un hijo de padres ricos y con una reputación excelente, les salga con un bebe —frunce las cejas cuando su hijo le babea la cara—, Carlos, no.

Embarazada de mi mejor amigo(Finalizada)Where stories live. Discover now